Opinión | El Patio de Cachamuiña

Lo de Castelao estaba cantado...

Javier Mosquera

Lo del último incidente de Castelao con el pit bull estaba cantado. Pasó ahí como pudo haber sucedido en cualquier otra parte de la ciudad y con consecuencias todavía peores.

Lo de los perros sueltos está a la orden del día. En unos casos sus amos actúan así para que los canes se expansionen y en otros para no tener que doblar los riñones a la hora de recoger sus excrementos, pues en cuanto el bicho se pone en posición, ellos se hacen el avión, como que no es suyo, y dejando sobre la acera el recuerdo al resto de los ciudadanos.

Y eso que hay una ordenanza y todo

Hay una ordenanza que se supone en vigor y que establece que todo los perros deben ir atados y con bozal los de más de diez kilos de peso. Y un cuadro de sanciones en caso de incumplimiento.

Lo del bozal es cuestionable, pero lo de llevarlos atados es de sentido común y no parece complicado el control de su cumplimiento, pues en la mayoría de los casos, la poli local no tendría ni que apearse de sus coches, porque salta a la vista...

Calles convertidas en un escaparate

Las calles se están convirtiendo en depósito de vehículos abandonados, convenientemente marcados con fosforito para facilitar su desguace.

Y también en zona de estacionamiento reservado por relevos, para asegurarse la plaza en zonas libres de pago.

Pero lo último es la exposición de coches en venta. A mogollón, con carteles calcados aportando datos, precio y contacto y rulando por las zonas especialmente transitadas.

javiermosquera@farodevigo.es.

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