Opinión

La sacudida de Navarro

Albert Cano

La decisión adoptada por el PSC (excepto Carme Chacón) de votar una resolución a favor del derecho a decidir en Cataluña marcará un antes y después en su relación con el PSOE. Si, como apuntó un exdirigente socialista catalán, Miquel Iceta, el PSC es el sismógrafo de la sociedad catalana (al advertir que, si se rompía, Cataluña podría dividirse en dos comunidades), lo sucedido no es anecdótico. Y se puede quedar corto.

En materia de nombres, deja en difícil posición a Carme Chacón, que pretendía lo imposible: mantener a los dos partidos en el mismo camino, cuando la coyuntura abierta hace seis meses (con la manifestación del 11 de septiembre) obliga a todos a pronunciarse y a dejar de jugar con las ambigüedades de los últimos 35 años. Pere Navarro, el líder del PSC, le ha sugerido indirectamente que abandone la formación, al afirmar que cualquiera que encabece el PSC en unas elecciones generales debe asumir el derecho a decidir.

Por su parte, ante las presiones recibidas por los barones territoriales, Alfredo Pérez Rubalcaba quiere renegociar la relación entre PSOE y PSC, bajo unas condiciones que serán difíciles de asumir por los catalanes (como tener representantes del PSOE en el PSC o la última palabra en el programa electoral y las listas).

El campo soberanista, finalmente, puede frenar su empuje para "saltarse la legalidad", ante las perspectiva de sumar más de 100 diputados (sobre 135) para celebrar una consulta legal, pactada con el Gobierno. Porque intuye que, si sigue la negativa de PP y PSOE a la hora de permitir un referéndum en Cataluña, podría arrastrar definitivamente a los socialistas catalanes a sus planteamientos "ilegales".

D. Cuando el Partido Socialista Eslovaco rompió con el checo, empezó la partición de Checoslovaquia.

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