Existen dos perspectivas para calibrar la relación de Vigo y Julio Verne, el genial novelista francés. Una es la que se percibe desde Vigo sobre Verne, que es bastante mensurable. Lo apuntaba Méndez Ferrín, en la primera entrega del espléndido serial verniano que ha iniciado en estas páginas, cuando recordaba que desde hace años viene proponiendo que se llame al Puente de Rande, nombre popular y consagrado, del Capitán Nemo.

Otra es la que transmite el novelista sobre Vigo, que sin exageración, es grandiosa. El mejor regalo que pudo hacernos, cuando ninguna otra ciudad española aparece en sus obras, universalmente conocidas, traducidas, reeditadas generación tras generación y llevadas al cine en diferentes versiones.

El regalo se ubica en la ensenada de Rande, donde los buzos del Nautilus buscan los tesoros del naufragio de los galeones.

Vigo no ha valorado como se merece la obra de Verne, su simpar "20.000 leguas de viaje submarino", editada en 1870. La propia universidad, de contenido tecnológico, no supo apreciar las aportaciones futuristas del novelista. Ni los humanistas, la parte pobre del campus, defendieron el rango que merecía su obra, cuando hace una década se propuso que una calle de As Lagoas llevara su nombre.

Avanzaba Méndez Ferrín que podría revisarse aquella decisión, y darle el nombre de Julio Verne al Campus del Mar, la iniciativa académica y empresarial que más expectativas concita. Ojalá.

El novelista estuvo al menos dos veces en Vigo. Están registradas en el libro notarial que da fe de la historia de la ciudad que es FARO DE VIGO.

La primera acontece el 4 de junio de 1878. La segunda, el 21 de mayo de 1884. En ambas llegó navegando por la bahía en su yate a vapor, el Saint Michel.

Es posible que estuviese más veces, en ese tránsito marinero, entre Nantes y el Mediterráneo. Dicen, aunque no esté registrado –con quien consta que estuvo brindando es con el banquero Manuel Bárcena, en su visita a la sociedad "La Tertulia"–, que fue amigo de Sanjurjo Badía, el industrial que inventó un submarino para defender a Vigo de la eventual invasión de la armada yanqui en 1898.

De esos hipotéticos desembarcos no hay constancia, pero sí de los dos citados por FARO DE VIGO. Por lo que cabe colegir que Verne no solo tenía presente Rande, como escenario para los anclajes del Nautilus, y de las reflexiones del Capitán Nemo, sino que le gustaba la ciudad de Vigo, donde fue acogido con entusiasmo y agasajado por los vigueses.

La ciudad debe un homenaje a Julio Verne. Por egoísmo. Sus obras, eternas, ya no causan asombro, porque el visionario decimonónico ha sido rebasado por la ciencia, pero mantienen el tirón y el interés narrativo. El éxito del último título de Almudena Grandes, "El lector de Julio Verne", es una buena demostración.

Cualquier otra ciudad lo exhibiría por todas partes. Cuanto más verniana se muestre, más beneficios le reporta. No solo desde la perspectiva cívica, intelectual y literaria, sino desde la más prosaica del turismo, por el tirón del personaje. Hasta la estatua de As Avenidas es un atractivo irresistible para los niños, que cuelgan permanentemente de ella. Es preciso convencerse de que la relación de Verne y Vigo es la de una ecuación. Cuanto más Verne haya, más recibe la ciudad.

En la línea del presidente de la Real Academia Galega, y de otras voces que han surgido, es hora de poner en marcha el proyecto del Vigo literario, comenzando por dedicarle un espacio céntrico donde figuren lápidas –al modo del paseo de la fama de Hollywood, por qué no–, con los grandes escritores de Vigo, los que han pasado por la ciudad o escrito de ella. En primer lugar figurará, por supuesto, Julio Verne. Porque Vigo, más que ninguna otra, es una ciudad literaria.

Estro Montaña me aportaba días atrás un nuevo nombre a la lista, Stefan Zweig, que pasó por Vigo en el 36, visitó la plaza de la Constitución y lo cuenta en sus memorias.

Sugerencia final. ¿Cuándo alguno de los múltiples museos vigueses adquirirá cuantos filmes existan de "20.000 leguas de viaje submarino" y dedicará una sala a su exhibición permanente para, entre otros usuarios, mostrarlos a los colegiales que los visitan?