Valentín Paz Andrade, de quien se hablará en 2012 como economista, empresario, jurista, político, poeta, biógrafo de Castelao y periodista, ejerció una faceta menos conocida: cronista de la guerra de Marruecos.

En el verano de 1921, la España habituada a perder a sus hijos en las contiendas coloniales quedaba atónita al propalarse la noticia de la muerte del general Silvestre y de siete mil soldados españoles, en lo que pasará a la historia como el desastre de Annual. Van a cumplirse noventa años.

Comienza entonces el conflicto bélico más vigués, de los incontables que han combatido y padecido nuestros antepasados.

La indignación patriótica que surge en el país por la matanza de Annual tiene en Vigo la primera reacción desde el Casino. Dos socios proponen, en las páginas de FARO, que la ciudad haga el obsequio de un aeroplano al Ejército que lleve el nombre de Vigo para combatir en África. La iniciativa cuaja y culmina el 25 de octubre, en presencia del rey Alfonso XIII, con la entrega a la fuerza aérea del aeroplano "Vigo" , que pronto entrará en combate.

Suspendidas las fiestas de agosto en señal de luto, solo sale la procesión del Cristo de la Victoria, que congrega en torno a la imagen a la mayor multitud que se recuerda. Son tiempos en que se busca en el fervor religioso el remedio a los males patrios, y a finales de mes, una novena llena el templo de Santiago, para impetrar del Apóstol la protección de las tropas que combaten en el Rif a las cabilas de Abd–el–Krim.

Por estos días un rumor atraviesa como un calambre la ciudad y causa una irrefrenable conmoción. Por el puerto de Vigo parten con frecuencia buques con soldados llegados de acuartelamientos lejanos, pero ahora es el Regimiento Murcia, con guarnición en Vigo, el que tiene que trasladarse a África. Y lo que desgarra a madres, familiares y vecinos es que han sido movilizados jóvenes vigueses, entre ellos hijos de destacados empresarios, de apellido Massó, Sensat, Curbera, Alonso Lamberti. También son de la partida hijos de conocidas familias pontevedresas, como Valentín Paz Andrade.

En otros tiempos, los vástagos de la alta burguesía se libraban de los cupos del Ejército con el pago de cuotas, pero esa práctica ha desaparecido. Y el Rif es una ratonera.

Vigo vivirá con expectación la marcha de la tropa. Desde la salida del cuartel hasta el embarque. La guerra distante se acerca sentimentalmente a la ciudad. Según las crónicas, más de cuarenta mil personas ovacionaron a los soldados vigueses.

El 6 de septiembre, FARO publica el primer artículo de Valentín Paz Andrade, "soldado del batallón expedicionario del Regimiento Murcia", que ha llegado a Tetuán. Es un relato del viaje de la tropa. El día 17, aparece el segundo artículo, escrito desde Lucién, fechado el día 8.

Estas crónicas, a diferencia de las actuales transmisiones instantáneas por internet o móvil, llegaban por correo en los barcos que hacían la travesía Ceuta–Vigo, con los correspondientes transbordos.

Valentín Paz Andrade informará de otras acciones bélicas en las que participan los soldados del batallón Murcia, hasta que es evacuado a la Península tras contraer una infección. Relata los acontecimientos, pero intenta restar dramatismo para no alarmar a las madres de los soldados.

El regimiento no regresará hasta el 28 de octubre de 1922. En el ínterin, parten más expediciones hacia África. Las madres de los soldados vigueses se reúnen con frecuencia para ayudarles con el envío de enseres –fundas para colchonetas y cabezales, por ejemplo–, que no les facilitaba el Ejército. La manifestación obrera del 1 de mayo en Vigo se convierte en un repudio a la guerra de África. Y FARO pide la repatriación del batallón Murcia, "cuya conducta heroica en las inhospitalarias tierras de Marruecos es bien conocida".

El día del retorno, el editorial resume: "No ha pasado un día durante vuestra ausencia que el pueblo de Vigo no haya dejado de pensar en vosotros".

Sirvan estas líneas de avance del Día das Letras Galegas del año próximo. Congratula por partida doble el acuerdo de la Real Academia de hacer protagonista de 2012 a Valentín Paz Andrade y por producirse bajo la presidencia de Méndez Ferrín, dos intelectuales ligados a FARO DE VIGO. Aunque el homenaje de la Academia debería haberse celebrado antes.

Valentín Paz Andrade es un hijo pródigo de este periódico. Comenzó aquí con estas crónicas de guerra, y tras un tiempo de separación –dirigió el diario "Galicia" (1922–1926) y colaboró con "El Pueblo Gallego", competidores del decano–, finalizó su vida periodística en FARO DE VIGO. En los años sesenta, con Cerezales y Cunqueiro en la dirección, fue un colaborador valioso en la campaña promovida editorialmente bajo el epígrafe de "tiempo de creer" para que Galicia no perdiera el tren del desarrollo. En los años setenta y ochenta, hasta su muerte, no dejará de hacer aportaciones sobre la economía gallega.

De su precoz presencia en FARO, da fe esta cita de su intervención en la II Asamblea Nacionalista Galega, en noviembre de 1919: "El escolar pontevedrés Paz Andrade interesó la creación de varias escuelas de Agricultura". Hoy toca recordar que sus primeros escritos están en estas columnas. Y pertenecen a la guerra sentimentalmente más viguesa de la historia.