Las páginas de FARO DE VIGO guardan los mejores dibujos de tres artistas excepcionales. Tal vez los mejores de Galicia de todos los tiempos: Alfonso R. Castelao, Federico Ribas y Carlos Maside.

Los tres progresistas, concepto que en la España convulsa de los años treinta sería la marca maldita para pagar con el exilio y la muerte lejos de la tierra (Castelao), con el alejamiento durante años y el regreso tardío, para morir en casa (Ribas) y la expulsión del Instituto Santa Irene de Vigo, para quedarse a la intemperie, sin empleo y sueldo, donde era profesor de dibujo (Maside).

Fue el pago al compromiso con unos principios, a la lealtad con la legalidad constitucional de la República, vulnerada por el levantamiento militar que acabó en la dictadura franquista. Quien se hubiera significado políticamente (Castelao), con el repudio (Ribas) o el escaso entusiasmo por el alzamiento contra el orden constitucional (Maside) era perseguido o quedaba borrado de la España de la dictadura. Quienes viraron a tiempo conservaron vida y hacienda, e incluso lo incrementaron en el nuevo régimen. No fue su caso, y sólo recibieron el reconocimiento de la integridad. Nada menos.

En 1926 estaban en la plenitud de su carrera, ajenos a lo que les depararía el destino una década más tarde.

Castelao publicaba en "Galicia", el diario de Valentín Paz Andrade, y lo hará hasta que cierra, el 15 de septiembre de 1926, pero la relación de amistad que mantenía con Eladio de Lema, el director de FV, le convertirá en su más egregio colaborador un mes más tarde.

Federico Ribas era ya uno de los referentes del dibujo publicitario y el cartelismo en Madrid, cortejado por los grandes rotativos nacionales de la época, y desde 1923, año en el que FV introduce el fotograbado, las fotografías y los dibujos artísticos y humorísticos en sus páginas, publicaba en el periódico de su pueblo. Sus chistes, una ventana a la modernidad, con protagonistas de un mundo burgués y elegante, eran celebradísimos por los vigueses de los felices veinte.

Carlos Maside formaba parte de la plantilla de FV. Los apuntes sobre las sesiones municipales, sus caricaturas de los vigueses más conocidos de aquel tiempo, plasmaban una vívida representación de cuanto ocurría, con el realismo de una imagen fotográfica y la exégesis del artista.

Pues, bien, un día como ayer, primero de enero de 1926, coinciden los tres excepcionales artistas en las páginas de FV con una muestra de sus obras. No volverá a repetirse la coincidencia de los tres genios dibujando en un mismo ejemplar.

Aunque lo olviden los estudiosos, incluso los especialistas de la obra de Castelao, su primer dibujo en FV no es "una cousa da vida", título de la sección de sus estampas humorísticas, que le hicieron el más popular de los artistas gallegos, ya desde la anterior década. El primer dibujo de Castelao en FV, que no figura en las biografías ni en las recopilaciones del autor, aparece en la página 24 del ejemplar del 1 de enero de 1926. Es la hermosa cabeza de un hombre adulto, que lleva el título de "Apunte".

El dato lo obvia incluso Clodio González Pérez, máximo especialista en la faceta del dibujo humorístico de Castelao y autor de la introducción del libro "Cousas da vida no Faro de Vigo", publicado por el Consello da Cultura Galega, que escribe: "El sábado 16 de octubre de 1926 empezó la carrera de Castelao en FV. Desde entonces tuvieron lugar trascendentales sucesos, no sólo para nuestra Tierra, sino también para el autor..."

Es, por tanto, diez meses después, de la incursión del rianxeiro en FV –se cumplen ochenta y cinco años–, cuando aparecerá la primera estampa de la serie de "cousas da vida", que tendrá dos etapas. La inicial abarca hasta 1928, y queda interrumpida por una grave enfermedad en la vista del artista. Tras recuperarse, la segunda es la más granada del autor, por su intensidad creativa y el periodo que le toca vivir, cuando convierte sus dibujos humorísticos en auténticos editoriales, al interpretar los episodios de la recién estrenada República, entre 1931 y 1933.

En el ejemplar de referencia, Federico Ribas firma en la portada de FV una hermosísima alegoría del año que acaba de nacer. Una delicia para la vista. Reviste un especial interés esta composición, porque es la primera vez en la vida del periódico en que dedica la totalidad de la portada a una representación gráfica.

La aportación de Carlos Maside en este número es más modesta. Es una caricatura de Manolo Quiroga, el "mago del violín", como le denominaban, uno de los artistas gallegos mundialmente más reconocidos de su tiempo.

Sirvan estas líneas de recordatorio de aquella olvidada o ignota colaboración de Castelao en FV, y de rememoración de los excepcionales artistas que entusiasmaron a sus coetáneos con lo mejor de sus obras. Como dejaron lo mejor de su creación en FV, figuras de la talla de Torrente Ballester en sus "a modo" y Alvaro Cunqueiro en sus "envés –días atrás César Antonio Molina reconocía que la mejor producción periodística de Cunqueiro está en el FARO–, para quienes quieran bucear en la colección del decano de la prensa española y conocer su verdadera historia, plagada de sorpresas. Como el dibujo de Castelao.

Viene al caso porque Wikipedia y otras enciclopedias y recopilatorios de biografías de la red (internet) tergiversan la verdad histórica e ignoran los seis años de colaboración de Castelao en FV, que tras legar más de 350 estampas a sus lectores, jamás volvió a publicar sus "cousas" en ningún medio. Con el punto y final en FV también puso fin a sus "cousas da vida", la cúspide de su producción humorística.