Opinión | Crónica Política

La fiesta

Javier Sánchez de Dios

Así que, por si alguien dudase todavía de que en según qué cosas es éste un país algo raro, ahí queda el coro de gratitudes oficiales tras el anuncio de que las obras del AVE se van rematando, a pesar de que llevan una media de retrasos superior a los dieciocho meses. Y eso según los datos que, no ha demasiado, difundía el senador nacionalista Péez Bouza,durante un Pleno de la Camara Alta.

Es evidente que los optimistas, o los agradecidos, podrán echar mano del refrán y repetir eso de que más vale tarde que nunca, lo que es cierto pero que no conviene convertir en virtud. Entre otros motivos porque sienta precedente y se puede utilizar después como argumento para otras demoras; y si se tiene en cuenta lo mucho que aún falta por concluir, y además lo que queda por empezar, no hay que dar pistas para que se puedan escaquear los que han de cumplir plazos.

Conste que no se trata de poner acritud por sistema, pero es importante que se tenga claro que las obras públicas -siempre que no se paralicen los proyectos, que con alguno ya ha pasado- tarde o temprano se terminan. Y en ese sentido lo importante de verdad es que se cumplan las previsiones en lo que a plazos se refiere, porque ésa es la condición que hace de los planes un instrumento útil para asegurar el futuro y un cierto equilibrio de oportunidades.

Lo del equilibrio no es metáfora. Aún suenan los ecos de la fiesta que hubo en Levante por la llegada del AVE, y que fue parecida a las de Sevilla, Málaga, Zaragoza o Barcelona. Y eso proovoca en Galicia una cierta -y sana, no se entienda mal- envidia e incluso alguna melancolía al pensar que aquí todavía no se sabe cuándo tocará: ahora unos y otros dicen que "en el entorno de 2015", pero ésa es sólo una aproximación difusa, y quién sabe.

De ahí precisamente viene a cuento la extrañeza por el hecho de que mientras otros celebran una inauguración aquí se tiren los cohetes con las licitaciones. Y porque, dicho sea de paso,. nadie se haya percatado, al menos en apariencia, de lo que sí se está cumpliendo de forma inexorable aquel memorándum de recomendaciones que la CEOE publicó hace pocos años y segùn el cual lo sensato era concentrar las inversiones donde resultaban más rentables, y eso era en Levante.

Cuando se publicó el asunto, en el Oeste hubo un par de protestas y hasta se pretendió negar el consejo, pero por lo que se ve no sólo era cierto sino que se está cumpliendo a rajatabla. Y, mientras, aquí se mira para otro lado. Qué país.

¿O no...?

Tracking Pixel Contents