Opinión

Alado Juan

Pedro de Silva

El Doctor Fausto, expresión del ansia de probarlo todo, era una parodia de su creador Goethe, que pese a esa autoflagelación tal vez no haya salvado su alma, pues la infinita curiosidad intelectual provoca insatisfacción, y esta, libre ya del cuerpo, quizás sea la condena eterna del curioso infinito. No se respeta lo bastante a estos seres angélicos que, pudiendo alcanzar la cima absoluta en cualquier dominio, prefieren expandirse e intentan abarcar completo un momento del mundo, pero en ellos, en su capacidad para relacionar con riesgo cosas dispares, en su afán por rastrear alguna sindéresis bajo la especialización, en la gran ética de no abandonar nunca la búsqueda, está la esperanza de que no acabe todo en lluvia de meteoritos. Escribo esto pensando en Juan Cueto Alas, más Jovellanos que Clarín, quien se ha atrevido a decir: "Es poco serio haber hecho tantas cosas como yo".

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