Opinión | Crónica Política

El florero

Javier Sánchez de Dios

Así que, para sorpresa de quienes creían que un Ministerio casi sin competencias, como el de Sanidad, es apenas un florero -lo que decía el PSOE cuando al frente estaba la eficaz doña Ana Pastor- la titular actual parece decidida a hacerse notar. Y ha empezado no sólo por corregir a sus correligionarios gallegos, sino por ponerlos en un brete con esa afirmación suya de que lo de la privatización no incluye servicios ajenos a la Sanidad, que es en lo que la Xunta insiste.

La ministra actual, doña Leire Pajín -cuya presencia ahí demuestra que hay cargos prêt a porter, porque lo mismo sirven para un roto que para un descosido- ha chocado además en su alegato de igualdad farmacéutica con la práctica socialista habitual. El señor presidente Zapatero ya tiene muy demostrado que, si es para seguir donde está, acepta -y hasta promueve- políticas desiguales -por ejemplo entre Cataluña y Galicia o Madrid y Extremadura- sin que le tiemble el pulso. Y, por cierto, con el aplauso fervoroso de la pintoresca ministra.

Eso aparte, su señoría, que viajó a Galicia para reunirse aquí con los consejeros de Sanidad de las Autonomías, olvidó la cortesía y en vez de observar primero entró prohibiendo. Sin ir más lejos, la lista de fármacos genéricos de la Xunta, a pesar de que Galicia fue de las primeras en mojarse y, sin necesidad de inventar la pólvora, aplicar un concepto de gestión que se basa en el sentido común. Por eso, en lugar de amenazar, podría haber optado por imitar lo que aquí se hace bien y si es posible mejorarlo: con su actitud sólo consolida las sospechas de que el Gobierno central, en lo que a Xunta se refiere, solo tiene sectarismo.

Por lo demás, la señora ministra, que tan poco sabe sobre los asuntos que rige -lo que habría de ser compensado con mucha prudencia política y no es el caso- algún acierto tuvo. Verbigracia con su anuncio sobre la aplicación de monodosis, una idea ajena pero buena, y no le hizo ascos a otras fórmulas que permitirían ahorrar en la botica, condición indispensable para asegurar la Sanidad pública en el futuro, aunque las competencias sean de las Autonomías. No aludió a otras medidas para el caso de que el déficit siga subiendo, pero eso sí está en línea con la estrategia habitual de su gobierno, que tiene la improvisación como método para actuar. Y así van las cosas, claro.

Algunos expertos -sobre todo los no militantes-, preferirían quizá vista la visita, que el Ministerio fuese un florero. Por si las moscas.

¿Eh...?

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