Una cata de lujo

Detrás de cada negocio hay un mundo de ilusiones cimentado en la voluntad. Eso lo noté intensamente en la cata maridaje celebrada en el Room Lounge Bar de García Barbón, 18, en la que participamos una veintena de personas. Con Chus Alonso como introductora, allí conocí a Justo y Carlos “Room”, dos tipos agradables y luchadores que pusieron este negocio y han conseguido, con un diseño innovador, un ambiente que acoge dotado de una variada carta, si quieres hacer algo más que tomar una copa, con riqueza de ensaladas pero que también se presta a la cocina tradicional. De la cata se encargó Guillermo, un comercial de Tomás Fenández que además domina el noble arte de la cocina, y a fe que me sorprendió por la lección que impartió sobre vino. Pasamos levemente, sólo picoteando y a sorbos breves, por una empanada de xoubas (albariño Pazo Baión); unos langostinos crujientes con salsa de miel y mostaza (Borgoña Chablis Lois Louture); unos huevos caseros sobre pan de pasas con trigueros (somontano Enate Syrah); unas chuletillas de cordero con espuma de castañas (Riberas Hacienda Monasterio y Pago de Carraovejas) y una tarta fina de manzana con un dulce Tokaji de Hungría. Salimos estupendos y muy sobrios.

Y una mujer de lujo

Hace 10 años, con 23, un infarto de la madre la obligó a asumir la dirección de la viguesa academia Abrente, con cuarenta trabajadores. Esa capacidad para reaccionar y gestionar le valió ese reciente premio “a la autónoma del año” a Sandra Fernández Fernández, que ya era licenciada en Administración y Dirección de Empresas. Creo que Sandra demostró capacidad para tomar el timón de una nave de repente huérfana de timonel pero también es un ejemplo de cómo optimizar el tiempo: sus obligaciones al frente de la academia no le impidieron acabar sus estudios superiores de música, formar parte del grupo musical “Son de Seu”, tener una hija y fundar una asociación sin ánimo de lucro para ayudar a retornados. ¡Pardiez, Sandra, qué ciclón!

Hasta pronto, Cecilia

Yo creo que es la mujer que más amigos y citas es capaz de mantener por metro cuadrado. Hablo de la pintora Cecilia Najles, de la que ayer se despidió uno (y sabe Dios si veintiuno) porque hoy vuelve a Argentina tras pasar un mes en Vigo. Cecilia, que deja obra a la venta en la tienda Quadro (Fermín Penzol, 10), nunca me deja decir que tiene ya 79 tacos pero lo digo porque es un ejemplo de vitalidad. Con su obra va y viene de Argentina porque no se olvida de sus amigos. Adeus, Cecilia.