Que dita ser pescador

que ten de seu todo o mar.

Pondal

Una vieja leyenda celta cuenta de una ciudad asentada y construida sobre el lomo de los peces. No hay duda que si esta ensoñación fuera realidad, esa ciudad no podría ser otra que este Vigo nacido al impulso del pulmón marinero del Berbés, que insufla vitalidad y riqueza cada madrugada, calle Real arriba, o se desparrama a toda España en distintos medios de transporte, siendo el protagonista principal de la transformación de aquel pequeño burgo pescador en la primera ciudad de Galicia.

Motiva este comentario la presentación del libro "POR TODOS LOS MARES DEL MUNDO", subtitulado "El Prodigio de la pesca en Vigo", de Esperanza Piñeiro y Andrés Gómez, patrocinado por la Fundación Caixanova y la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo.

En este relato humano y entrañable de profesionales que a lo largo del siglo pasado hicieron posible el milagro pesquero de Vigo hay ausencias destacadas que los autores reconocen y lamentan. Será posible corregirlos en próximas aportaciones pues esta obra debe ser el inicio de la historia viguesa en torno a sus actividades ligadas con la mar. Pocos sectores económicos producen tantos efectos multiplicadores sobre el conjunto de la economía como la actividad extractiva de la pesca cuya aportación al PIB del área viguesa es de gran relevancia. Además, también lo es en extensas zonas litorales de Galicia claramente "dependientes de la pesca" que la UE no considera en su importancia y trascendencia, cuando son vitales para importantes enclaves pesqueros de Pontevedra, A Coruña y Lugo.

No es el momento de considerar la política pesquera española a lo largo del siglo pasado, limitada por el concepto mesetario del país que a pesar de contar con más de cinco mil kilómetros de litoral ha vivido de espaldas a la mar, generalmente lejano y olvidado. El sector pesquero gallego debe su desarrollo y pervivencia a los profesionales de la mar, marineros y pescadores vocacionales, nacidos y formados en la pesca de bajura y litoral siguiendo una tradición familiar que, aunque limitada hoy por otras posibilidades de trabajo, todavía sigue informando la vida de muchas villas de nuestras costas, desde Burela a San Ciprián, en Lugo, a los puertos pesqueros coruñeses de la costa de la muerte, hasta Ribeira y otros de la ría de Arousa, pasando por los de Vigo y su ría, con especial referencia a Bouzas por cuanto aportó a nuestro inicial progreso pesquero con sagas de patrones y armadores relevantes, para concluir en A Guarda. La pesca de bajura y litoral además de generar riqueza y empleo ha nutrido nuestra flota a larga distancia de los marineros y profesionales mejores del mundo. Por eso cuando corren momentos difíciles para la flota pesquera a larga distancia, es necesario prestar atención preferente a las pesquerías de bajura y de litoral convertidas en baluarte de resistencia frente al futuro incierto que se avecina.

El acto de presentación de este libro constituyó un homenaje y recuerdo entrañable de muchos profesionales de la mar merecedores de la gratitud de la ciudad. También de Ramiro Gordejuela, presidente de la Cooperativa hasta su muerte, entrañable amigo que en tantas ocasiones me acompañó en negociaciones de convenios con terceros países, desde Norteamérica y Canadá, hasta Argentina y Sudáfrica, Mauritania, Marruecos y Portugal, y en los Organismos Pesqueros Internacionales, cuando los intereses españoles se gestionaban directamente. También con la CEE concluidas con un Acuerdo Marco que posteriormente no respetaron en nuestras negociaciones de ingreso en la actual UE en las que nuestro gobierno hizo dejación del sector pesquero español en favor de otros sectores económicos, como así reconocieron expresamente los negociadores. En la intimidad nos congratulábamos entonces de haber dejado la flota pescando en sus caladeros habituales, con aumento de la producción y a pleno empleo el sector, aún cuando nuestra satisfacción duró poco por la insensibilidad gubernamental que todavía prevalece. Siempre Galicia fue moneda de cambio. De aquellos polvos vienen estos lodos. Hoy los intereses pesqueros de España están en manos de la Comisión correspondiente en la UE sin la presencia relevante que le corresponde a España como destacada potencia pesquera comunitaria.

Con Ramiro Gordejuela, paradigma de bonomía y cordialidad, en la historia de la Cooperativa de Armadores recordamos a Manuel Fernández, O Troulo, y a Agapito Prado, además de otros armadores destacados, como José Puerta y Eduardo y Julio Vieira así como la saga de patrones-armadores, relevante figura socio-económica de integración laboral, de tanta importancia en el sector extractivo, omisiones que entre otras cabe subsanar en futuras publicaciones. Por supuesto también a tanto pescador, a tanto marinero, a tantos magníficos oficiales de puente y máquinas que hicieron posible, con su entrega y en muchas ocasiones con sacrificio de sus vidas, este milagro pesquero a los que Vigo y Galicia debe gratitud y reconocimiento imperecedero.

En la presentación se hizo referencia a la cooperación de la Caja Municipal de Vigo, hoy Caixanova, con el sector pesquero local para la construcción de buques y financiación en general de las actividades ligadas con la mar, cooperación inteligente y digna de encomio pues el sector primario, agricultura y pesca, generalmente ha cumplido siempre con sus obligaciones. Se recordó la crisis de 1.990 resuelta para los armadores deudores de Caixanova no con beneficencia como algunos dicen sino, como correspondía, por aplicación estricta de la praxis bancaria: ejecutando las hipotecas navales y vendiendo posteriormente los buques sin quebranto alguno cuando se modificó la coyuntura. Desde mis conocimientos no recuerdo fallidos irrecuperables ni en el Crédito Social Pesquero, del Instituto Social de la Marina, lamentablemente desaparecido, ni en los generales del Crédito a la Construcción Naval, financiador principal de la flota pesquera a partir de los años sesenta, que hubieran registrado quebrantos no resueltos favorablemente. Pescanova, S.A., que construyó las cuatro primeras unidades congeladoras de la flota española, punto de arranque de la expansión pesquera nacional a larga distancia, fue financiada inicialmente por la banca privada sin que entonces ninguna caja, incluida la viguesa, le prestara colaboración financiera de ningún tipo. Desde una perspectiva bancaria es evidente que el sector pesquero se ha acreditado por el alto cumplimiento de sus obligaciones financieras.

Al felicitar a Caixanova y a la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo por esta publicacion, exhortamos a nuestras autoridades locales, autonómicas y nacionales para que consideren en su importancia y trascendencia social y económica las actividades pesqueras y conexas, propiciando su fortalecimiento y desarrollo. Vienen tiempos difíciles que requieren la colaboración de todos.