La firma del convenio entre Francia y España, para lanzar definitivamente la autopista del mar desde el puerto vigués, es la mejor de las noticias que ha habido en las últimas semanas, por no decir meses, para la economía de la ciudad. Supone la consolidación de un proyecto que convierte a Vigo en puerto pionero en este tipo de transportes.

Y eso es bueno para todos los vigueses. En este caso no ha habido fisuras entre los agentes sociales y políticos, entre los que la Autoridad Portuaria ha jugado un papel de fundamental protagonismo en el impulso de la iniciativa.

Puede que tarde aún en ponerse en marcha, de forma práctica, la autopista, por aquello de que no son los mejores tiempos para la realización de inversiones pese a las ayudas sustanciales de los fondos comunitarios que canalizarán tanto Francia como España.

Pero lo de la autopista del mar debe servir como ejemplo de que cuando en esta ciudad se hacen las cosas bien y no se anteponen los intereses políticos, se puede conseguir el objetivo. Vigo tiene el impulso y la fuerza económica suficientes como para, si todos reman del mismo lado, salir adelante con ventaja sobre los demás. Habrá que tomar nota.