La banca española ha obtenido unos beneficios en los que va de año de cerca de 15.000 millones de euros. En vista de ello, el Gobierno les ha repartido casi 8.000 millones de euros para ayudarles a pasar la crisis. Menos mal que tenemos un gobierno socialdemócrata, porque lo hace esto un gobierno de derechas y de menudo genio se hubiera puesto el sargento.

El objeto de este reparto de dinero, procedente del bolsillo de todos los españoles, tiene como objeto ayudarles a tener liquidez para que den préstamos a las personas que en estos momentos más lo necesitan, como son las pequeñas y medianas empresas, algunas colgadas de la brocha, mientras se enteraban de que la propietaria de la fachada que estaban pintando se había llevado la escalera para hacer frente a la suspensión de pagos.

Tengo algunos conocidos en esas empresas, en esos talleres, en esas naves que están pagando todavía, y me comentan que ni les descuentan papel, ni les conceden préstamos.

¿Qué hacen entonces los banqueros con tanto dinero, entre beneficios y generosos préstamos gubernamentales? La respuesta está clara: se lo entregan a tipos serios, como Madoff, gente solvente, que no ha pasado un apuro económico en su vida, no se lo van a dar a un pobre diablo, que hacía puertas para una empresa constructora, le han dejado las facturas sin pagar, y no sabe qué hacer con los treinta y dos empleados qué tiene. Sí, es serio, el primero que da ejemplo, no ha hecho otra cosa en la vida que trabajar, pero Madoff es un caballero que proporciona beneficios de hasta el 12%.

Al de las puertas, antes de negarle el préstamo, le piden avales hasta de transfusión de la sangre, pero a Madoff nunca le pidieron nada. Tampoco les van a pedir a los bancos explicaciones sobre el dinero de la última subasta. Confiamos en ellos. Como ellos en Madoff.