El alcalde de A Coruña, el socialista Javier Losada, ha abierto esta semana una inesperada y absurda polémica en un intento de frenar los planes de la Xunta para el sur de Galicia, que fijan a Vigo como capital de la futura Eurorregión con el norte de Portugal. Losada recurrió las directrices de Ordenación del Territorio del Gobierno gallego para torpedear el desarrollo de Vigo y defenderse de lo que él considera un trato de favor hacia esta ciudad en perjuicio de la suya.

Las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento herculino persiguen dos objetivos básicos: además de arrebatar a Vigo la capitalidad de la aún no nacida eurorregión, privarle de que se convierta en su centro logístico y de que su Puerto sea la cabecera de la futura autopista del mar entre España y Francia, una iniciativa ésta que no surge de la Administración sino del interés de las empresas que confían en la potencialidad de la terminal viguesa.

No se puede entender que el alcalde de A Coruña vea en estos planes de la Xunta favoritismo hacia Vigo cuando si alguna ciudad ha sido primada por las administraciones en todos estos años ha sido la suya. No es que que se esté menospreciando a A Coruña como quiere hacer ver el alcalde herculino en su victimismo, sino que hasta ahora, y él lo sabe, lo que se hizo fue despreciar a Vigo. Nuestra ciudad ha sido marginada durante décadas por los Gobiernos de la Xunta y de Madrid en el reparto de inversiones, tanto en infraestrucutras como en equipamientos de todo tipo. No es fácil borrar de un plumazo tantos olvidos y humillaciones. A día de hoy, sólo por poner un par de ejemplos, Vigo todavía no cuenta con un Auditorio, soporta la mayor lista de espera sanitaria de Galicia con los hospitales al borde del colapso, y su conexión directa por AVE con la Meseta había quedado relegada frente al trazado por el Norte. Incluso la velocidad alta ferroviaria del Eje Atlántico entre A Coruña y Vigo está ya lista en la provincia herculina mientras se han dejado para el final los tramos del sur de Galicia. Por no hablar de las trabas que la Xunta ha puesto a la creación de la gran área metropolitana de Vigo, recelosa de que su excesivo liderazgo pudiera crearle algún tipo de problemas. O por no retrotraerse al pasado y comprobar su escaso peso político al ser la única gran ciudad gallega castigada sin ningún tipo de capitalidad pese a ser la más poblada de todas.

Y a pesar de estos agravios y de tantos palos en las ruedas, Vigo se ha erigido como el gran motor industrial de Galicia y en la tercera ciudad que más exporta de España a través de un puerto de enorme actividad, lo que da buena muestra del empuje glogal de su economía, de la capacidad de iniciativa de sus empresarios y de la responsabilidad de sus trabajadores.

Y la fuerza de la economía de Vigo ha tirado hacia arriba del sur de Galicia y de Galicia entera. Desde el sector automovilístico desarrollado entorno a la factoría de Citroën -con una red auxiliar que se ha tejido de Ourense a Pontevedra-, al sector naval, del granito o de la conserva, su tejido industrial es sostén decisivo de la economía gallega.

Por eso, ¿qué le quita Vigo a A Coruña con la futura capitalidad de la Eurorregión o el asentamiento de un centro logístico para toda esta área, cuando ya lo es de facto?. No le quita nada.

La pataleta de Javier Losada y su recurso al victimismo sólo puede entenderse desde el vuelo raso y corto de un mandatario que trata de distraer la atención de sus ciudadanos, incapaz de mantener y defender la herencia gestora de su antecesor, el alcalde que convirtió su feudo de A Coruña en una gran ciudad favorecida por un desembarco multimillonario de inversiones de las Administraciones central y autonómica.

Vigo siempre ha remado con firmeza por el bien y el interés de Galicia y lo seguirá haciendo. Pero va siendo hora de que se le dé lo que en justicia le corresponde y se le trate como se merece para que la Comunidad avance en unos momentos de tanta dificultad. Lo que tiene que hacer Vigo es trabajar y sacar adelante sus proyectos, y A Coruña, los suyos.

Si alguna ciudad tiró durante todos estos años de la Eurorregión para que algún día sea realidad esa es Vigo. Como sentenció el presidente Touriño, no proceden pasos atrás y es de sentido común que la lidere y sea su referente por su dimensión y ubicación geográfica.

Que no se confunda Losada y que gobierne en lo suyo, sin poner trabas a los demás. Un Vigo fuerte es también una Galicia mejor para todos.