Me cuentan que en la TV japonesa se emite un concurso que consiste en elegir a la persona más normal de entre todas las que se presentan. Para seleccionar a los concursantes pusieron en la prensa anuncios en los que se decía: "Se busca gente normal".Cabe suponer que acudieron en tropel, por lo que las instalaciones donde se llevó a cabo la selección se llenarían hasta la bandera. Si el programa se hubiera realizado en España, se habría presentado Mariano Rajoy, que se pasa la vida presumiendo de normal y de tener sentido común. También habrían caído por allí Aznar y Fraga Iribarne y Federico Trillo y Vicente Martínez Pujalte. O sea, que las oficinas de la productora parecerían un circo. Mil personas normales juntas forman una especie de museo de los horrores, pues junto a los mencionados habría que añadir a Rouco Varela y al Arzobispo de Toledo, que creo que se llama Cañizares. Eso por no mencionar a los violadores y asesinos en serie de quienes sus vecinos, al descubrirse el pastel, afirman que eran personas muy normales.

La idea de los japoneses es diabólica. Si hubieran buscado personas raras, el programa habría carecido de interés, pues la rareza que abunda es la convencional, la consabida, la tópica. Gran Hermano y compañía han exprimido hasta las heces esta zona de la realidad, que está seca. Si lo que quieres es encontrar frikis, tienes que pescarlos con el anzuelo de la normalidad. Los individuos que se consideran normales tienen, sin excepción, una tara capaz de subir las audiencias más renuentes. Gil y Gil era normal, por eso le votaba la gente normal. Era un hombre de pueblo, un tipo sencillo y bla, bla, bla. Se rodeó de personas normales y dejó el Ayuntamiento de Marbella hecho unos zorros. Todavía no se han recuperado de la normalidad. Ahora intentan ser un poco raros, a ver si salen adelante.

Para normal normal, Luis Roldán. El otro día le hicieron una entrevista y estuvo dos horas diciendo cosas normales. Los japoneses tienen un olfato increíble para los programas basura. Me pregunto quién ganará el concurso de gente normal, pero seguro que el triunfador da miedo. Aquí lo habría ganado Ana Botella.