Un éxito indudable de Zapatero:

Concluyó la semana política nacional con una ´rueda de prensa´ (en realidad, solamente se admitieron tres preguntas) de Zapatero en La Moncloa, para explicarnos lo que indudablemente han sido sus últimos éxitos: haber sido admitido, gracias a Sarkozy, en la ´cumbre´ de Washington. Y haber sido llamado por Obama, el héroe mundial, en lo que calificó de una conversación (diez minutos) "muy cordial". El empecinamiento de Zapatero, que algunos confundieron con una "actitud mendicante", criticándola como tal, ha dado buenos resultados. Y ha hecho que algún otro país europeo, como Holanda, excluído de la ´cumbre´ de Washington del próximo sábado, se haya sentido molesto por no figurar entre los elegidos. Y, quizá, porque su jefe de Gobierno no ha hecho lo mismo que el presidente español.

Claro que en la ´rueda de prensa´ (ya digo, declaración triunfal y tres preguntitas) de ZP en La Moncloa este sábado no se pudo preguntar qué contrapartidas pedirá Sarkozy por cedernos uno de los asientos que a él le sobraban. Pero demos todo por bien empleado: es importante estar en la fotografía del encuentro que puede marcar el fin de sesenta y cuatro años de un cierto equilibrio, marcado en Bretton Woods. Es importante acudir a esa ´cumbre´ que, dicen gentes afectas a ZP, puede marcar una sociedad global más justa y menos sometida a los tiburones del peor capitalismo. Si así fuese, al menos habría servido de algo la actual, tremenda (Obama mismo dixit), crisis económica.

Por cierto que ZP decidió no ´sobrarse´ con aquellos comentarios mediáticos que ridiculizaban su escaso peso internacional, entre otras cosas porque Obama no le había telefoneado. Sí hubo telefonazo y sí habrá silla ´homologada´ en la capital estadounidense, le guste o no a George Bush. Y a algún enemigo acérrimo de Zapatero aquí, en casa.

¿Y qué dirá Rajoy?:

Zapatero ha tenido el buen sentido de llamar a Mariano Rajoy para reunirse con él -y con los sindicatos, y con los banqueros- antes de ir a la ´cumbre´ del G-20, que en realidad va a agrupar a bastantes más de veinte en la mesa de las decisiones o, al menos, de las deliberaciones (por cierto: ¿estará allí Barack Obama? Nada nos ha dicho hasta el momento. Debería tener el papel principal, que ya a Bush, el anfitrión, no le corresponde). Mariano Rajoy, que nuevamente se enfrenta a problemas internos, derivados sobre todo de las ambiciones presentes en algunos cenáculos madrileños, ha tenido un comportamiento a mi juicio magnífico en estos momentos de crisis. Que su actitud dialogante, templada, centrada, no guste a determinados ´halcones´, en el PP o sobre todo mediáticos, no debería hacerle desistir de sus actuales posiciones: hay que colaborar con el Gobierno en aquellos temas en los que éste representa a España, no a un PSOE tantas veces sectario y miope.

Por lo demás, a Rajoy y a muchos de los actuales dirigentes del PP hay que reconocerles el no haberse equivocado en la elección de ´su´ candidato en las elecciones norteamericanas del pasado martes: hubo instrucciones en Génova de no decantarse por McCain, caballo sin duda perdedor. Aznar, en su espléndido aislamiento -algo conspirativo- en la FAES, se ha quedado muy obsoleto con aquella foto de las Azores.

Garzón se va a quedar sin cargo: A Baltasar Garzón hay que reconocerle muchas virtudes. Más, quizá, que los defectos, que no son pocos ni pequeños. Pero ha metido la pata. Tengo la impresión de que se va a quedar sin el puesto que apetece: la presidencia de la Audiencia Nacional, vacante desde que Carlos Dívar pasó a presidir el Supremo y el Consejo del Poder Judicial. Los varapalos jurídicos y legales que ha recibido con su pretensión de exhumar cadáveres de fusilados en la Guerra Civil y en la posguerra puede que le dejen compuesto y sin el puesto para el que ya ha empezado a mover peones.

Cumpleaños horribilis:

La publicación de un libro-entrevista -vamos a llamarlo así- de la periodista Pilar Urbano con motivo de su setenta cumpleaños, ha sido una auténtica pesadilla para la reina doña Sofía. Y para la Casa del Rey, donde, en voz baja y alejada de los micrófonos, se reconocen ´fallos´ de funcionamiento. La Reina quebró treinta y tres años de silencio y discreción... ¿o lo que se presenta como entrevista entrecomillada no fue, en realidad, tal? ¿Quién dio el ´nihil obstat´ en La Zarzuela a un texto que contiene frases que es imposible, completamente imposible, que haya pronunciado la primera dama en presencia de un/a periodista? El culebrón va a tener su continuación, claro, porque habrá ´reajustes´ entre los colaboradores de la familia real. Aunque quizá no a corto plazo.