La ventaja de los ciudadanos de Estados Unidos sobre los europeos, y sobre los españoles más todavía, es que, una vez celebradas las más reñidas elecciones de siempre, republicanos y demócratas sabrán que les representa "el presidente de los Estados Unidos de América", el hombre con más poder. Y sabrán también que, pase lo que pase, pondrá los intereses de Estados Unidos y de sus conciudadanos por encima de los del partido que le llevó a la victoria.

Que su prioridad serán los intereses nacionales y después, mucho después, los del mundo... si coinciden con los de Estados Unidos. Si hubiera ganado el otro candidato, todo lo anterior valdría igual. Aunque hay matices importantes entre Obama y McCain, por encima de las diferencias están los intereses de Estados Unidos. El nuevo presidente tiene una gran ventaja y un enorme problema: haga lo que haga será mejor que Bush, pero los datos económicos no le van a permitir llevar adelante su programa electoral en el corto plazo. Estados Unidos tiene graves problemas económicos y sociales.

A Europa y a España les preocupa lo que pase en Estados Unidos porque, como decía Woody Allen "me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida". Nuestro futuro va inexorablemente unido a lo que suceda en Estados Unidos, a lo que haga y decida su presidente. Más vale que nos llevemos bien y que el nuevo presidente sea mejor para Europa y España.

Especialmente para España. El presidente Zapatero que sigue buscando un hueco en la gran cumbre, aunque sea en un transportín, ha tomado más medidas pero siguen siendo insuficientes. Los parados que dejen de pagar la mitad de la hipoteca durante dos años, se encontrarán después con que se les acumula una subida que tal vez no podrán pagar. A 192.658 nuevos parados cada mes, esto no hay quien lo aguante. El presidente de la CEOE ha dicho que en 2010, es decir cuando pasen esos dos años de mora, no tendremos un 15 por ciento de paro, que es una salvajada, sino probablemente, un 17 por ciento, que es insostenible, más aún si la mitad del total son inmigrantes.

Hay que pedir que la imaginación llegue al poder, porque andamos bastante escasos de recursos, de valentía y de sentido del Estado. España es especialmente vulnerable y pinta poco en el panorama internacional, entre otras cosas por los errores cometidos con Estados Unidos. Pero estamos a punto de no tener ni para pintar. No es imposible salir de la crisis, pero hace falta inteligencia, trabajo y unidad. Pase lo que pase en Estados Unidos, nuestro problema es nuestra economía y nuestros ciudadanos. Las empresas que no quieren cerrar y las personas que necesitan mantener su puesto de trabajo. Los Gobiernos no crean empleo, pero pueden destruirlo con su ineficacia y su falta de visión.