Parece que, finalmente, concluyó el "culebrón" suscitado por algunas de las más controvertidas declaraciones de la Reina a la periodista Pilar Urbano, en el libro que ésta ha publicado con motivo del setenta cumpleaños de doña Sofía. Es probable que aún se sucedan algunos comentarios más, pero el cumpleaños feliz del concierto que le fue ofrecido en la noche del domingo, parece que ha dado fin a esa prolongadísima sucesión de comentarios. ¿Qué deja tras de sí la controversia? Algunos no dudan de que la remodelación del Palacio Real hará apreciable alguna sustitución de responsables. En todo caso, no parece que haya "repetición de la jugada" y lo más seguro es que los mensajes que procedan de miembros de la Casa Real se mirarán, en adelante, con mucha mayor prudencia. La Monarquía no está en condiciones de molestar a ninguna otra zona de la sociedad española. No es su tarea..., sino todo lo contrario: aunar, unir esfuerzos... Al esfuerzo que hagan los miembros de la Casa Real deberán añadirse otros miembros de la familia, para evitar lo que ha sucedido con Pilar de Borbón, que ha tenido la infeliz ocurrencia de calificar como "chorradas" periodísticas todo lo relativo a esta muy abultada controversia. La Familia Real, la Casa Real, la monarquía española, tiene ya de por sí suficientes enemigos como para suscitarse algunos más.

En estas últimas horas, se han dado a conocer los textos de felicitación que los dirigentes del PP han enviado a la esposa del Rey. Tanto Rajoy como Arenas han sido especialmente efusivos en sus mensajes. "Los reyes son la sana envidia de Europa", dice el vicesecretario del PP. Otros dirigentes políticos, ya lo hemos podido comprobar, han sido mucho menos efusivos que el andaluz. Llamazares, por ejemplo, ha recordado que doña Sofía no debió inmiscuirse ni interferir en decisiones de la mayoría democrática, que es "la única soberana de España". El PSOE estuvo más sobrio e institucional, como en toda esta controversia: En su mensaje, expresó su afecto, consideración y respeto hacia la Reina.

En todo caso, es evidente que en la familia real se ha pretendido dar una imagen de unidad sin el menor resquicio, tras la polémica de los medios informativos de las horas anteriores. Posiblemente ningún otro cumpleaños de la Reina había merecido tantas atenciones como éste, en el que centenares de personas le hicieron llegar sus felicitaciones e incluso sus flores.

Mientras tanto, y tras haber quedado absueltos los jóvenes que quemaron fotos de los Reyes, nos anuncian que la Fiscalía de la Audiencia Nacional se propone reconducir la aplicación del delito de injurias al Rey para lo cual, limitará la acusación a aquellos actos que constituyen un indudable insulto a la Corona. A mismo tiempo, se asegura que las fuerzas de seguridad se han volcado en la persecución de las injurias a la Corona, pese al muy escaso escaso recorrido que las acusaciones de esta índole han tenido en los tribunales de Justicia.