Rabia es lo que se siente cuando se observa la información del tiempo en la mayoría de las cadenas de televisión, en lo que se refiere a Galicia. Si usted ha estado pendiente de la predicción, desde hace al menos tres días todas las informaciones se referían a que "por fin se va a acabar la ola de calor que asola la Península". Vamos, que parece que solamente existe desde la frontera imaginaria que marca Madrid hacia abajo y hacia el este. El resto de los lugares como si no estuvieran en el mapa. Y Vigo, tampoco. ¿Cuántas veces se ha quejado el sector de la hostelería de informaciones sobre el tiempo en Galicia que nada tienen que ver con el sur de la provincia de Pontevedra? Infinitas, y con motivo. Ahora, mientras aquí entraba el dichoso frente de verano en el resto hacía mucho calor y la noticia era iba a dejar de hacerlo.

Y todo ello se podría evitar si, de una vez por todas, en el sur, en Vigo, hubiese una centro meteorológico propio para esta zona, sin la servidumbre del coruñés que, en esto como en otras muchas cosas, parece que es el que manda.

Hace al menos diez años se prometió por parte del Gobierno de entonces, que se iba a dotar a Vigo de un servicio meteorológico propio, que diese información no sólo del "norte de Galicia". Pero, como de costumbre, aquello se quedó en la nada. Buenas palabras y nada más. Si no fuese por la encomiable labor de los expertos que trabajan en la estación del aeropuerto de Peinador, Vigo ni siquiera existiría.

Es sólo un ejemplo más de la desidia con que las administraciones tratan a esta ciudad, sin el más mínimo rubor a la hora de prometer algo que nunca va a llegar. El lugar que no existe sigue esperando a que alguien de por ahí fuera cumpla.