Unos vienen y otros van

Cuando escribo estas líneas, tarde del martes, sólo faltan horas para que se inaugure un nuevo restaurante en Vigo, La Flauta, en Velázquez Moreno, del que os hablaré algo mañana si llego a la inauguración. En breve conoceré otro en una paralela a la Gran Vía, abierto hace poco tiempo. Siempre asombra la capacidad de generación y regeneración de espacios que tienen las gentes de esta ciudad, su espíritu emprendedor a prueba de bomba. Si unos caen, otros ocupan su lugar. En el barrio viejo, por ejemplo, cerró el acuario y tienda para animales Prekua de la calle Carral, que se traslada a Balaídos, y, en la misma calle, va a cerrar la siempre bien surtida frutería Berta. Pero, para contrarestar, en ese mismo barrio, en Oliva, 16, abrió días pasados un taller de restauración de muebles Belén Babé y, al lado, ante la Iglesia Colegiata, Mary Carmen Álvarez abrió también A flor da pedra, un comercio de regalos y complementos en el que no escatima espacio para meter muebles, ropa o lo que le pueda caber sin llegar al "totum revolutum". Y, en la calle Triunfo, junto a los muebles exóticos u orientalistas de Diwali, abrió Le Club, una tienda de regalos que sustituyó a un dinámico almacén de arte que, al final, no cuajó a pesar de la ilusión que le puso su promotora .En contraste, abrió hace un año cerca, en la calle Gamboa, una galería de arte, TriArt, con una oferta profesional que se consolida y aporta ese sabor creativo y cultural que es tan habitual a todos los barrios con historia. Unos vienen y otros van.

Del chiringuito boucense

En Bouzas están ya en posición de salida para sus fiestas y calentando motores los de ese chiringuito cachonduelo que montan en la Alameda y en el que se van sustituyendo generacionalmente apellidos muy vinculados a la historia del barrio. Ya los jóvenes cachorros Curiel, Bastida, Freire, Pujales, Vidal, Riveiro, Montenegro... y yo qué sé cuáles otros aprestan sus armas, dispuestos a servir copas las horas que menester sean y dormir en turnos bajo los luceros para proteger su preciada mercancía báquica. Me cuentan que Josechu Curiel ya está al loro para preparar una gran paella que el domingo formará parte de la oferta de este "meet point" boucense.

A José Miguel Santodomingo

La vida sigue pero a los 69 años se nos fue para siempre un vigués de sobra conocido y a quien justo es ofrecerle rendida memoria: José Miguel Santodomingo. ¿Cuánta historia del último Vigo podría contar este hombre de tantos tan amigo? De familia de raigambre armadora y astillera, activo empresario con gran iniciativa en su tiempo, presidente de los astilleros familiares 15 años, dibujó una historia personal muy vinculada al crecimiento de esta urbe. El que vendió el primer barco a la Unión Soviética, el de la primera empresa mixta con Argentina, el que montó el primer frigorífico industrial en Vigo (Frigalsa)... Y un hombre afable siempre entrelazado con las gentes de cambio y progresistas.

Donde dije digo, digo Diego

Y que no. Que Pepe Cadavedo está en Punto Radio y yo, ¡oh pobre de mí!, lo incluí en el programa que comenzó Beni García, Cholo Durán y Pepe Costas en Radio Vía.