En la España reciente y futbolera que se despliega al ataque, surge de improviso una ministra de Defensa, recién retornada de la baja por maternidad, que se ventila de una tacada a la cúpula militar. Chacón es la tramontana de los nuevos vientos que soplan en el Ejecutivo que amamanta ZP: en dos meses ya tiene claro que en el Ejército español los pantalones de campaña los lleva ella. Lo siento por Félix Sanz Roldán, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, hombre íntegro, y al que le ha ocurrido como a Luis Aragonés, que le dan boleta después de obtener los mejores resultados. No sé si al Jemad, militar muy cercano a Bono, le mandan a la reserva o le retiran a jugar a los barquitos con sus nietos, pero no parece política sabia prescindir de aquéllos que hacen equipo, que deciden estrategias adecuadas, capaces de tomar decisiones que cambian el signo de la batalla. Esperemos que a la ministra Chacón no le dé también por cambiar el carnero de la Legión por una oveja modorra.