Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres es una institución de larga trayectoria, arraigada en Vigo desde hace más de 40 años dedicada a la atención de los más necesitados y marginados de la sociedad.

El reconocimiento y prestigio de esta comunidad lo corroboran las distinciones, premios y audiencia que a lo largo del tiempo hemos recibido de autoridades, estamentos y en general de los ciudadanos, que saben valorar el ingente trabajo desarrollado en favor de aquellos que son rechazados, tanto del seno de su familia, como de su trabajo y de la misma sociedad.

Esta tarea, que nace en principio por iniciativa de una persona gallega, sensible a esta problemática, toma cuerpo en la fundación de la Asociación de Fieles de Vida Consagrada, allá por Barcelona en 1940 y extiende sus brazos hasta Coruña, Vigo y Perú, para dar respuesta a la llamada del Señor: "Lo que hiciereis a unos de estos, a mí me lo hicisteis".

Durante este tiempo, miles de desamparados han acudido a nuestros establecimientos en busca de refugio, atención y ayuda. En la actualidad, la Casa de Reposo Ntra. Sra. de la Salud en Teis-Vigo con sus 3 centros: Casa de Acogida para 154 residentes, Albergue para 38 transeúntes y Casa de Deshabituación para 12 internos, brinda además de los servicios básicos de comida y hospedaje, atención sanitaria y psicosocial, porque la caridad -tal como se entiende en 2008- debe ir más allá, debe intentar ofrecer una verdadera oportunidad de reinserción, porque todos sabemos que la limosna es "pan para hoy pero no para mañana", y el que generosamente contribuye, debe saber que su donativo tiene una repercusión más duradera, yo diría que incluso trascendente, en la medida en que sufraga otras iniciativas que persiguen que el individuo recupere su autonomía, y la confianza que había perdido en sí mismo cuando llegó a nuestra casa...

En esta lucha diaria se encuentran los Hermanos Misioneros, los profesionales y los voluntarios que trabajan allí, en medio de la precariedad de recursos humanos y materiales, porque el sostenimiento de un centro tan grande y de estas características es difícil, a pesar del compromiso de algunas Administraciones públicas como Vicepresidencia o de Instituciones privadas como La Caixa y Caixanova.

Por otro lado, debemos reconocer también que no siempre son parabienes los que recibimos, porque como es lógico, no todos los que entran salen reinsertados, ya que la problemática aguda que traen no siempre se puede superar, y malogra muchos internos, además de consumir mucha dedicación para al final volver a donde estábamos.

Con esto ya contábamos los que nos dedicamos a ellos, pero no tanto con lo que a veces cuentan de nosotros cuando se van, frustrados ellos mismos por su fracaso, al no adaptarse a las normas y compromisos que adquieren al ingresar, y es que es de "bien nacidos ser agradecido", porque cuando nada tenías al llegar y te abren la puerta a cualquier hora, sin reparar en tu condición, ni si tienes con qué pagar, y después de alimentarte, vestirte, lavarte, curarte, arreglarte los papeles y hasta buscarte trabajo y promocionarte, a pesar de que paradójicamente "no hemos podido hacer nada más", no es justo que murmuren de ti o te calumnien vilmente, sin poder defenderte porque lo hacen a tus espaldas, ya que de frente, la poca o mucha dignidad que uno tiene, impediría hacerlo, a pesar de los defectos que la Comunidad pueda tener, como cualquiera y en cualquier centro... Habría que ver quien puede soportar tanta presión las 24 horas, y mantener la compostura y la afabilidad sin inmutarse.

Por todo ello publicamos este manifiesto, porque si no decimos nada, parece que "el que calla otorga" y no es así, y porque tenemos que estar muy agradecidos a todos vosotros anónimos colaboradores, y a las Administraciones que nos ayudan y por encima de todos, al Espíritu que sostiene esta Obra de Dios y de Hombres.

*Hermano director