Intenso el fin de semana que pasamos en sitio tan terapéutico como Balneario de Mondariz, pegado al otro Mondariz donde habita Antón Beiras con Eugenia, a cuya puerta no pude llamar por lo apretado de nuestro programa. Claro, es que no sólo celebramos los miembros de la Asociación Galega de Xornalistas e Escritores de Turismo nuevo cónclave con el tema de la deontología profesional como eje de las jornadas. Es que también admitimos a socios nuevos y hubimos de probar los menús creativos del restaurante tras cuya cocina está el francés Jeròme Coindere, sin olvidar la ruta lúdico-profesional que nos hicimos por la Comarca de O Condado, con parada y casi fonda en la Bodega Coto Redondo, donde hubo cata comentada y maridaje gastronómico orientado por su director, Antonio Méndez, un luchador gallego que merecería comentario aparte. Igual que poco antes, en Salvaterra, tomamos con su alcalde Arturo Grandal un rico Pazo San Mauro y nos puso un video de sexo (de peces miñotos), después en As Neves pasamos en esta bodega Coto Redondo por todo el proceso de vinificación, caldito aqui de berzas, empanada de raxo allí para posar el estómago... probando sus blancos condados y albariños, o ese tinto Señorío de Rubiós que yo había descubierto un mes antes comiendo en O Frenazo. Allí trabé conversación con el alcalde de As Neves, Emilio Castro, un tipo cálido, conversador e informado del quién es quién del país.

DE PASEO, A LA ORILLA DEL TEA

Ese fin de semana me encontré con un Mondariz (el balneario) más hermoso todavía y tan limpio como siempre, aunque su tranquilidad se ve levemente alterada por un intenso tráfico de fin de semana. Al alcalde, José Antonio Lorenzo, apenas lo vimos porque no paraba de casar gente y de bendecirla con agua del lugar, además de que le coincidía una de esas noches la cena de entrega de los Premios da Crítica Galicia. Pero, bueno, uno entregó su cuerpo al termal Palacio del Agua, paseó junto al río Tea como en el primer tercio del siglo pasado pasearían por allí Primo de Rivera, el ex sultán de Marruecos Muley Haffid, Rockefeller o Emilia Pardo Bazán y visitó con los periodistas Perfecto Conde y Suso Iglesias esa tienda ahora de decoración, La Victoriana, la más antigua de ese pueblo, en la que Ana Briz nos sorprendió con sus muebles y otros objetos de la memoria de los años 60; también hubo tiempo para tomar un pulpito en ese restaurante siempre lleno, O Regato de Valdecide, 1, que patronea Ramiro, mondaricense luchador que muchos habéis conocido en su etapa hostelera de Vigo en una cafetería de Príncipe y que hace unas brasas de mucho merecimiento.

POR UN PLATANERO, DIFIERO

En este Mondariz me encontré, paseando, al joyero Perfecto Marcos, "Marcos da Gaivota", que en Vigo tuvo taller toda la vida en la calle Sombrereros y fue conocido por su amor a las Cíes, donde tenía casa. El joven Marcos (75) está ahora felizmente retirado en esta villa tranquila, tan cordial él como siempre. Uno de esos grandes plataneros centenarios que están en el paseo Enrique Peinador se secó y, ante la inminencia de la tala, el alcalde no sé si propuso pero sí que aceptó el proyecto de aprovechar el tronco para hacer una gran escultura alusiva a la villa termal. Allí está, sorprendente porque de un árbol surjan tantas figuras, una de ellas, por cierto, parecida al autor, precisamente Marcos. Y yo creo que el escultórico platanero ha causado cierta distancia entre alcalde y artista. Por un platanero, difiero.