Vale, vale, el concierto estuvo muy bien y quizás sea verdad que haya electrizado a sus fans entre aquellas ocho mil personas (nueve mil dicen otros) que llenaban el Ifevi para verlo a él, Lenny Kravitz. Esas gafas de sol, ese pañuelo oscuro, ese oro que llevaba por todas partes, esa chulería neoyorquina.... Pero uno ya empieza a tener esas agorafobias (fobia a las multitudes) propias de una edad que nos hace preferir esencias que excrecencias. Llegué más tarde, salí antes para evitar aglomeraciones, y estuve copa en mano en una esquina fuera de la masa jadeante y sudorosa y saludando al pasar a gentes de mis cercanías cronológicas como Luis Andrade, Tere Bértolo, Mara Costas, Edgard Meyer (con su hija Carolina, de 16), Chema Cancelo, Rosa Núñez, Tere Mourín, Miguel Ángel Gómez "Gus"... a las que nos une con el neoyorquino Kravitz el placer de pertenecer a una misma generación. Pero yo encontré por allí a gentes con bastantes años menos como Fernando Fernández o Abel Gallego, director de una sucursal de Caixanova en O Berbés, con quien había comido unas horas antes y que estaba seducido por el poderío del cantante y sus músicos. Yo creo que Abel tenía añoranza de ese grupo porriñés, "Sobaco negro", que lideró un tiempo pero con el que nunca consiguió llenar los escenarios como Kravitz y que dejó por la banca. Claro, no es lo mismo nacer en Porriño o en Vigo que en Nueva York.

De canto con la Casablanca

Y como amante de las buenas voces corales, además de defensor de lo nuestro, os recuerdo que el próximo viernes tenéis, a las ocho y media de la tarde en el teatro Caixanova, concierto de la Coral Casablanca. Encontré a su director, Óscar Villar, el fin de semana, y os puedo decir que ya entonces sólo quedaban unas 200 localidades por vender en el Círculo Mercantil. Así que apurad los interesados. Me cuenta Óscar que esta vez vais a tener canciones de Galicia y América, con bailarines profesionales, una pantalla gigante con imágenes de esos países... muy rico todo.

Una rura lúdica y mañanera

¿Y qué os parece si os doy una ruta (sólo una) para que hagáis desde la media mañana de cualquier fin de semana y que está avalada por una pandilla de maestros en el conocimiento de lo que ofrecen tras la barra de nuestros bares populares? Gente como Alfredo Iglesias, José Hernández, Quique Álvarez, Suso Montero... otro que sabe mucho de estas guías secretas es Antonio "Cadete". Empecemos: a eso de las 12 de la mañana toman el pulpito en el Mesón do Pulpo (Vía Norte, junto a la para de taxis), irreprochable según ellos; luego se van hasta Arcade y, antes del puente a la derecha, se sientan en el Romasa, cuyo propietario tiene bateas y aún es posible hallar esas ostras pequeñas, morrunchitos, que a algunos les gustan especialmente; después hacen parada en el mismo centro de Soutomaior, en El músico, donde están abducidos por su vino albariño y sus tortillas de patata; de allí vuelven ya hacia Vigo con tres opciones según les apetezca. Una, en Redondela, el clásico Sube si podes para tomarse unas nécoras o unos pescaditos; otra, también en Redondela pero camino de Pazos de Borbén, en el centro de la parroquia de Amoedo, en ese bar de Manuel en que atacan sin pudor a su carne ao caldeiro; la tercera, seguir por la carretera hacia Vigo, la de Ángel de Lema y Marina y, poco antes de los bomberos, a la derecha, paran en el bar Marisco (sí, el de Antonio, de Arbo) para tomar sus sardinas, que sirve en un punto óptimo. Si hacéis este itinerario, uno que no beba.