Opinión

ABEL LOSADA ÁLVAREZ

En clave de país: los presupuestos del cambio

El cambio producido en las elecciones de junio de 2005, después de 16 años de gobierno del Partido Popular con mayoría absoluta en la Xunta de Galicia, se visualizará con claridad en los presupuestos presentados por el gobierno gallego para el año 2006.

Son unos presupuestos que alcanzan casi los 10.000 millones de Euros, que plantean cinco objetivos prioritarios, que estoy seguro que compartimos todos los gallegos: impulsar la modernización de la economía, consolidar empleo estable y de calidad, apostar por una mejora en la sanidad, reforzar nuestro compromiso social y apostar por el reequilibrio.

Estos 10.000 millones de euros pivotan sobre estos ejes centrales de la política del gobierno autonómico en el 2006, lo que significa un incremento de algo más del 9% con respecto a 2005, y desde luego ponen en valor el compromiso y la capacidad del ejecutivo para elaborar un nuevo proyecto político presupuestario en un corto período de tiempo, que responda con eficacia a los intereses de los ciudadanos recogidos en el Acuerdo de Gobierno firmada entre el Partido Socialista de Galicia y el Bloque Nacionalista.

Estos presupuestos, dejando aparte las cifras a las que nos referiremos más tarde, significan el inicio de una nueva política económica, social y laboral en el país. Suponen un extraordinario esfuerzo para capitalizar la economía del país y una inequívoca apuesta por el crecimiento económico.

El escenario macroeconómico conforma un escenario plausible y serio en sus planteamientos. Considera un objetivo de crecimiento para el año 2006 de un 3.4%, ligeramente por encima de la media española, lo que nos permitirá disminuir el diferencial de renta con España. Esto es algo que no había ocurrido en la economía gallega en los últimos 10 años, tal y como ha reconocido el último Informe del Consejo Económico y Social, presidido por Pablo Egerique, nada sospechoso de connivencia con los partidos que apoyan al actual gobierno de la Xunta de Galicia.

El otro gran objetivo nacional es el empleo. Los presupuestos para 2006 contemplan un escenario de creación de 31.000 empleos en el año 2006, lo que permitiría que la tasa de desempleo se situara por debajo del 10% de la población activa, aproximándonos a la tasa media española, de la que nos habíamos separado considerablemente en los últimos años de gobierno del Partido Popular.

Frente a las intervenciones de los agoreros profesionales, los presupuestos para 2006 no son en absoluto de continuidad, sino que marcan desde el primer momento una diferencia sustancial en el compromiso que el gobierno de la Xunta adquirió con el electorado, que el 19 de junio votó cambio y renovación en torno al compromiso del empleo y al compromiso social.

En este marco general de optimismo y esperanza ante el futuro, que los gallegos refrendaron en el pasado mes de junio, resulta imprescindible considerar a estos presupuestos en clave de país. Por supuesto que a todos los ciudadanos nos interesa aquello que tenemos más próximo, lo que afecta más directamente a nuestras vidas. Pero tenemos que mirar más allá y no debemos de dejarnos llevar por los espejismos, no los de los oasis, sino los del "cemento".

Cemento, o inversiones de la Consellería de Política Territorial, que aumentan un 12.9% respecto al año pasado y que alcanzan los 500 millones de Euros. Inversiones que se verán reforzadas por las políticas encaminadas a mejorar el equilibrio territorial, que contarán con un aumento del 16.8% en lo relativo al Fondo de Cooperación Local, además del plan específico para el Reequilibrio Territorial que contara en el año 2006 con 150 millones de euros para su desarrollo.

Hablando desde Vigo, desde la capital económica y emprendedora de Galicia, no podemos dejar de señalar la importancia que, para nuestra ciudad y su entorno, tiene la fuerte apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación, que en este año crece en más de un 39%, alcanzado casi los 124 millones de euros, dirigidos especialmente a las inversiones en modernización empresarial, que aumentan un 27%.

Esta conjunción de esfuerzo inversor en infraestructuras, que nadie duda de su importancia en la actividad económica, junto a la apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación, así como la modernización empresarial, son los tres soportes que van a permitir que Vigo y su área de influencia refuercen su posición competitiva en Galicia, en España y en Europa.

Crecimiento y empleo, reforzado con un profundo giro social, en el que las partidas destinadas a políticas sociales se incrementan en un 13.7%, y que alcanzarán los 437 millones de euros, incluyendo desde la lucha contra la violencia de género, hasta la escolarización infantil y el cuidado y apoyo a los mayores, así como una política de vivienda activa, frente a la inexistente política de vivienda del pasado.

Tenemos ya todas las coordenadas del proyecto político de progreso que amaneció en Galicia después de las elecciones de junio de este año, y que nuestro presidente Emilio Pérez Touriño recogió con claridad en su discurso de investidura. El crecimiento y la modernización económica y territorial, buscando un país más competitivo, la creación de empleo estable y de calidad y el compromiso explícito con aquellos que más necesitan el apoyo del conjunto de la sociedad.

Este proyecto político recoge en todos sus planteamientos la necesidad de reforzar los liderazgos, de todo tipo, que existen en nuestra Comunidad Autónoma. Vigo y su área de influencia, como eje central de la actividad productiva de Galicia, se verá sin duda reforzado. Todo lo que contribuye a hacer una Galicia más productiva, más rica y más cohesionada social y territorialmente, es sin duda un importante activo para la comarca líder de la Comunidad, y, sin duda, Vigo y los vigueses sabremos aprovecharlo.

* Parlamentario del PSdeG-PSOE

en el Parlamento de Galicia y Profesor de Economía en la Universidad de Vigo)

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