Opinión

PEDRO DE SILVA

Papás algo pesados

Los llamados «padres de la Constitución» merecen todo nuestro respeto y gratitud por su contribución a un trabajo bien hecho. Sin embargo, eso no les convierte en tutores por vida de la criatura, entre otras razones porque la Constitución ya es persona adulta. No hay nada más patético que esos padres que se empeñan en hacerles la vida a sus hijos mayores, en lugar de dejar que hagan la que mejor les parezca. Gabriel Cisneros es uno de esos papás latosos y pegadizos, que siguen viendo al antiguo niño como niño y se pasan al día amonestando a todo el que se le acerca, no vaya a ser que le haga pupa. Por encima de los metafóricos «padres de la Constitución» está su madre biológica originaria y actual, que es el pueblo español, y éste, que ha renovado desde entonces todas sus células, tiene derecho a ajustar el traje a su cuerpo de hoy, e incluso, si hiciera falta, a cambiar hechuras.

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