Opinión

FERMÍN BOCOS

El extraño

La intervención del presidente del Gobierno en el Senado viene a confirmar que está empeñado en sacar adelante, como sea, el proyecto de Estatuto de Cataluña. Oídas las explicaciones que le dio al senador popular García Escudero llega uno a la conclusión de que, por exótico que parezca, el ciudadano Rodríguez Zapatero es el primer valedor del controvertido proyecto.

No aclaró con qué fórmula magistral piensa cuadrar el círculo que forman artículos tan excluyentes entre sí como lo son el Artículo 2 de la Constitución y el Artículo 1 del proyecto de Estatuto, pero se le ve decidido a echar mano de la polisemia a la hora de homogenizar sustantivos con adjetivos. En términos de lógica convencional es difícil seguir su discurso porque cuando le preguntan por la Constitución, el presidente habla de convivencia.

Como verdad en apariencia probada, también dijo ayer en el Senado que la inmensa mayoría de los catalanes tienen para sí que Cataluña es una nación. Para el señor Rodríguez Zapatero España es plural, pero, al parecer, Cataluña no, Cataluña sería unitaria. Es lo mismo que piensan los nacionalistas quienes, como se sabe, en lo tocante a este punto sustituyen el concepto "ciudadanía" por el de "pueblo".

En contra, por cierto, de lo dispuesto en la Constitución que, como se sabe, únicamente reconoce derechos a los ciudadanos en cuanto personas. Pues así están las cosas.

Ya digo que es insólita la figura de un presidente del Gobierno de España expresándose en los términos en los que lo hace el señor Rodríguez Zapatero. A partir de ahí no me extraña la extrañeza que causa su discurso sobre estas cuestiones. Extrañeza sobre todo, entre muchos de los votantes del PSOE.

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