Opinión

PEDRO DE SILVA

El mercado y la gloria

Hay dos clases de buenas novelas: las que no tienen nada de lo que hacerse perdonar, pues su estructura, ritmo, tono y expresión se entraman con la historia, y aquéllas en las que los chispazos de genio redimen todos los defectos. Por tanto lo que acaba de echar abajo una novela no es la mala factura, sino la falta de genio redentor. Joan Marsé, en su demoledora crítica a las novelas del Premio Planeta, no ha hablado de esto, sino de lo primero, de la falta de maestría, artesanía, taller. No es fácil que en un premio comercial aflore el genio. ¿Cuántas novelas geniales se habrán perdido en las opacas cribas, año tras año, previas a las 10 finalistas?, ¿habrá caído alguna que pudo cambiar la historia de la literatura? En todo caso, ¿vendería muchos ejemplares una novela de veras genial? Dejemos las cosas como están, dando al mercado lo que es del mercado y a Dios lo que es de Dios.

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