Opinión

PEDRO DE SILVA

El mal gusto como antiviral

El triunfo arrollador de Torrente es una victoria del mal gusto, pero el buen gusto debería preguntarse qué es lo que estará haciendo mal para que la gente salte masivamente la valla. El buen gusto antes era un asunto opcional, que la gente normal practicaba a ratos, pero hoy en día ha sido sustituido por lo políticamente correcto, que es obligatorio y universal. El virus de lo políticamente correcto se ha cargado el 90 por 100 de las cosas por las que la gente solía reírse, o simplemente hablar para formar consenso en el portal, el ascensor o la cola de algo. El secreto de Torrente es que ha ocupado las zonas de sombra creadas por la moral de lo políticamente correcto. No hay incorrección política en que no caiga, ni charco en que no se meta o (por seguir su escuela) mierda que no pise. La torrentera rompe los cauces, y nos libra por un rato del estricto tutor que llevamos dentro.

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