Opinión

PEDRO DE SILVA

Tendrán que hacer la calle

Ningún gobierno de España pactará un Estatut que le haga perder las elecciones. Esta aritmética se entenderá bien en Catalunya, donde la política nacionalista nunca pierde de vista la caja registradora electoral. El corolario obligado de principio tan evidente es que el nacionalismo debería poner manos a la obra en algo que nunca estuvo en sus planes: convencer al resto de los españoles, y mejorar su imagen ante ellos. Tantos años de desprecio a España, tanta soberbia, tanto "agravio" en boca de los más ricos, son polvos de los que vienen estos lodos. Al final, nadie se engañe, la llave, como en todo, la tiene el conjunto del pueblo español, que se está mostrando tan nacionalista como los nacionalistas periféricos. Carod, Mas y Maragall podrían empezar con un itinerario de mítines (por ejemplo: Zafra, Úbeda, Chinchón, Tordesillas) para seducir a la España profunda.

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