Opinión

PEDRO DE SILVA

Un agujero en Moncloa

La imagen de la libertad era para Jünger la del padre de familia defendiendo la casa tras la puerta, con un hacha en las manos. Una imagen un tanto primitiva (muy propia del padre ideológico de la revolución conservadora), pero, como ocurre siempre con Jünger, de un peso físico aplastante. La primera obligación que tiene el Gobierno de un Estado es defender la frontera, o sea, la puerta de la casa común, cueste lo que cueste. Esta es una verdad que, como la expuesta brutalmente por Jünger, no necesita demostración. El Gobierno tiene un gravísimo problema, para el que no es fácil dar con la solución, pero encontrarla es su tarea. El agujero de la valla de Melilla es una vía de agua en el barco del gobierno, un desgarrón en el globo en que vuela, un agujero en la tapia de Moncloa, una sangría en su base electoral. Para una evidencia vale cualquier metáfora.

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