Opinión

PABLO LÓPEZ

El tijeretazo de Iberia

Nunca creí en las teorías de la conspiración, de esas que imaginan perversos enemigos que disfrutan infligiendo el mal. Como las cosas suelen ser más sencillas de lo que parecen, sospecho que la cadena de pavorosas noticias para las comunicaciones de Vigo -la última de ellas, la supresión masiva de vuelos de Iberia- sólo es fruto de la casualidad, que encuentra su catalizador en la laxa defensa de las necesidades de la ciudad por parte de quienes deberían ejercerla. Todo socorro se reduce a una descoordinada serie de declaraciones de empresarios y políticos que van siempre por detrás de las decisiones, lo que demuestra la nula capacidad de esta esquina del país para imponer los argumentos más elementales.

El tijeretazo de Iberia sólo es otro disgusto más para las comunicaciones de Vigo, que coincide en el tiempo con unos presupuestos que confirman el papel menor que se le asigna a Peinador, frente a la indiscutible apuesta por dos aeropuertos de una misma provincia y separados por apenas sesenta kilómetros. Ya se sabía que en Vigo sólo hay lugar para los vuelos de alto coste, y hasta un documento de la anterior Xunta relegaba sin remilgos su aeropuerto a la condición de "complementario".

Poco a poco, que es como se dan las malas noticias, se ha ido confirmando que el AVE irá de Ourense a Santiago, y no a Vigo, que el Eje Atlántico avanza por el norte y se estanca en el sur, que la nueva autovía a Porriño va para largo y que la alternativa a la AP-9 la verán nuestros nietos.

Todo ello, en la ciudad con mayor número de habitantes -luego potenciales clientes- de toda Galicia. Cuando semejantes argumentos no funcionan es que alguien no sabe manejarlos.

pablolopez@farodevigo.es

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