Opinión
PEDRO DE SILVA
Alienígena Ochoa
Al cumplirse un siglo de su nacimiento, la figura de Severo Ochoa se nos presenta casi como la de un extraterrestre. Él mismo no entendía el motivo de que se le premiara: como solía decir, el se divertía enormemente haciendo lo que hacía, y eso no merece premio. Sin duda le aburriría escuchar una y otra vez, a lo largo de homenajes, la referencia obligada a una vida de trabajo y sacrificio en bien de la ciencia. Como positivista puro, tampoco profesaba creencias religiosas, políticas o nacionales, y los esfuerzos por alinearle de unos y otros, en país tan castizo, le cansarían mucho, aunque no protestaba. Su aspecto y morfología, que le hacían tan cercano al sobrenatural Cristopher Lee, o a Michael Rennie en Ultimátum a la Tierra, contribuían a la imagen alienígena de uno de los científicos más importantes del siglo XX, y una de sus mejores y más saludables personas.
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