La editorial de Batman y Robín anuncia acciones legales contra la galería de arte de N.Y. que exhibe obras en las que estos superhéroes aparecen besándose. En el fondo siempre hemos pensado que había algo entre ellos. Una amistad íntima entre hombres nunca ha dejado de estar bajo sospecha, aunque realidad y literatura dieran pistas para disolver la sospecha y restablecer el buen orden (una mirada lasciva a una mujer, una pena de amor contada en el bar, un oportuno chiste de maricas). Ahora ya no hace falta despistar, y el secreto presentido de lo que había entre Batman y Robín aflora. ¿En la nueva era todo es por fin natural? No diría yo tanto. Dos hombres heterosexuales tienen dificultades para viajar juntos, y a veces hasta para pasear uno al lado del otro, sin que se les vea como pareja. Y, aunque ya no habría nada malo en que lo fueran, lo que no es, no es.