Llegan unos legionarios romanos, someten a sangre y fuego a las tribus insumisas y nombran unos gobernadores. A esto se le llama misión de guerra, por más señas guerra de liberación. Concluida esta misión con la mortandad necesaria, las colonias del Imperio proporcionan tropas auxiliares, que se encargan de que todos acepten la nueva situación y el nuevo orden. Las tropas auxiliares patrullan en vehículos militares, llevan sus armas cargadas y con una bala en la recámara, y si alguién se alza contra el nuevo poder tienen orden de disparar (para defenderse, claro). A esto se llama misión de paz. Teniendo en cuenta que el progreso de occidente se basa en la división social del trabajo, y en que una mano no sepa lo que hace la otra, ningún beneficiario de ese progreso debería poner el grito en el cielo por tan hipócrita delimitación de funciones. Otro asunto es saberlo, y tener claras las cosas.