Pues paree que sí, que en los últimos tiempos la cosa del tráfico se ha ido axeitando y salvo momentos muy concretos como los días fuertes de la campaña de verano, que ya va de resto, lo de las sugestiones colectivas, vulgo atascosdenotemenees, ha dejado de ser el pan nuestro de cada día.

Y a lo mejor los del departamento de Tráfico, con su concejal, Coello Bufill al frente, tienen la tentación de colgarse algunas medallas en forma de plan de tráfico, refuerzos de la policía, campañas de sensibilización o los paseos del coche fantástico poniendo multas a go-gó.

Pues p´a mi que no, que todo se lo deben, muy a pesar nuestro, a los amigos de la OPEP y a los precios de los combustibles, que hacen casi necesario pedir un anticipo cada vez que hay que llenar el depósito del coche.

Como ven, no sólo la oposición con sus liortas trabaja a favor de este gobierno. Hasta los moritos con sus pozos de petróleo están ayudando al PPorro. Para que después digan que no hay que tener baraka..

¿Y de las Fiestas del Cristo, qué?... Pues pechés, pechés...

Con los conciertos en Castrelos dando los últimos coletazos, hay que decir que lo de las fiestas del Cristo, una vez más, pechés, pechés. Lo de la Semana Grande, aquí no es más que un eufemismo que consiste en jornada laboral reducida en la banca y los organismos oficiales. Del resto, nada.

Porque aún no han sido -no hemos sido- capaces de lograr sensación de fiesta del pueblo, la fiesta mayor tan habitual en las demás ciudades. Seguimos reforzando la confederación de aldeas haciendo que las fiestas de Vigo sean las de sus barrios y no es eso, no es eso.

Con mayor o menor acierto en la programación se hace un calendario de actos que tanto podrían celebrarse en agosto como en carnaval o en vísperas de las navidades si el tiempo ayudara. pero de fiestas de Vigo y Semana Grande, nada de nada.

Que empiecen, si quieren, por recuperar las de O Berbés, que seguro que les cuesta menos esfuerzo y dinero que lo de la Batalla de Flores.

Y de recuerdo,

El Sireno, la fuente y el Arco de Quirós...

Descargaban -es un decir, porque ahora abundan ya las cámaras digitales- sus carretes Casco Vello arriba los turistas recién desembarcados del QM2 y además del Sireno, lo que más atraía a sus objetivos eran la fuente seca de la plaza de la Princesa, de la que un día debió manar agua ferruginosa por las marcas que han quedado en la piedra, y lo que queda del Arco de Quirós, con el edificio Ferro, con su trabajada cantería al fondo y haciendo contraste. Como ven, se llevan lo mejorcito...