En el pasado, el calendario lo marcaban las ferias, o sea, el comercio. En la actualidad también. El verano se anuncia al final de primavera con las rebajas, se consuma en las rebajas de julio y empieza a caer en picado con las de agosto. Cuando éstas se retiran, empieza el tiempo de la vuelta al cole. No se hace, por estrategia, publicidad con la vuelta al trabajo, que mancharía la imagen comercial. En el ritual de la despedida de los colegas de veraneo se hacen promesas de reencuentro para el tiempo laboral, que no suelen cumplirse, pues el contexto será otro. Es un ceremonial basado en la ingesta de comida y bebida, que viene a coincidir con la de los animales en esas fechas para acumular reservas. En el ceremonial de despedida siempre se guarda algún secreto, para administrar como rumiantes cuando la tierra enfríe, pues los pecados, aunque sean ínfimos, son pilas de calor.