Martín de la Puente ha concluido su concurso en los Juegos de Tokio en una jornada tan exigente como negativa para sus intereses. El vigués cayó eliminado en octavos de final del cuadro individual, a manos del francés Stephane Houdet. Un resultado hasta cierto punto previsible, ya que Houdet es uno de los favoritos. De la Puente había depositado más esperanzas de medalla en el cuadro de dobles, formando pareja con Daniel Caverzaschi. Sin embargo, Houdet ha interrumpido doblemente su camino, esta vez junto a Nicolas Peifer.

De la Puente suma ya dos participaciones olímpicas pese a sus escasos 22 años, cumplidos en junio. En Río alcanzó también la ronda de cuartos en dobles y se quedó en dieciseisavos en individual. Así que ha empujado sus límites en Tokio. Quizá no le satisfaga, aunque era consciente de que le había tocado el lado más áspero del cuadro. Stephane Houdet es un rival formidable. Martín le plantó cara en el primer set, en el que llegó a situarse 3-0. Pero el galo remontó enseguida, amparado en su mayor fiabilidad con el primer servicio y en general en su mayor consistencia. El vigués ejecutó más golpes ganadores tanto de revés como de derecha, pero también muchos más errores forzados. Houdet enlazó doce juegos seguidos para imponerse 3-6 y 0-6.

Ambos sabían que debían enfrentarse poco después, en una programación que se resolvió con retraso. Caverzaschi, amigo, socio y gran rival de De la Puente en el escenario español, llegaba con el impulso de haber superado al belga Joachim Gerard (6-3 y 6-4) en su propio duelo individual. Pero la pareja española nada pudo hacer. Se movió siempre a remolque. Los franceses rompieron sus dos primeros saques en el primet set y el primero en el segundo para ganar 3-6 y 4-6.