Ni los más optimistas podían imaginarse algo así. El reto de cara a estos Juegos, en los que Galicia presentaba uno de sus equipos más ambiciosos, era mejorar las cuatro medallas olímpicas que se habían conseguido en Londres en 2012. Cualquier previsión se quedó corta. Desde el punto de vista del deporte gallego, los Juegos de Tokio se cierran con siete medallas olímpicas y diez diplomas, lo que significa que solo cuatro deportistas de la comunidad regresan de Japón con una clasificación peor del octavo puesto.

La actuación gallega se redondeó en el último sábado de competición en el que se subieron al podio Rodrigo Germade, Carlos Arévalo, Iván Villar –que solo tenía pendiente conocer el material del que estaba hecha la medalla que ya tenía asegurada– y Rodrigo Corrales. Un día impresionante que pone el listón muy alto de cara al futuro.

Los tres nuevos medallistas de ayer se unen a los que fueron abriendo el camino durante los primeros días de competición: Ana Peleteiro en el atletismo, Teresa Portela en el canal de piragüismo y Nico Rodríguez en el campo de regatas de Enoshima. Después vendría la traca final con la resolución de los torneos de las selecciones y del piragüismo, el principal granero de medallas que Galicia ha tenido a lo largo de la historia. La lista de los que se quedaron con las ganas de conquistar al menos un puesto de finalistas están la joven Julia Benedetti que participó en skate, la jugadora de balonmano Alicia Fernández, el tirador con arco Daniel Castro y el triatleta Javier Gómez Noya que estuvo muy lejos de lo que se esperaba de él. De hecho, es curioso que la del triatleta ferrolano –un seguro de vida– haya sido la peor actuación individual de estos Juegos por parte de los gallegos.

En este apartado resulta obligado hacer una mención especial a Cangas. El concello de O Morrazo es un caso único en en los Juegos Olímpicos. Envió a Japón a cuatro deportistas y los cuatro regresan con una medalla a casa. No hay otro lugar parecido o donde puedan presumir de semejante resultado. Mucho más asombroso tratándose de un concello de algo más de veinte mil habitantes. No hay ningún otro que pueda aceptar una comparación con él. Como dato asombroso, resulta que Cangas tiene más medallistas que países como Grecia, México, Argentina, Rumanía, Venezuela, Irlanda o Sudáfrica. Portugal, que no ha podido pasar de las cuatro medallas en estos Juegos, se igualaría con Cangas en esta clasificación. Pequeños apuntes que desvelan la barbaridad de un concello que hace tiempo camina de la mano del movimiento olímpico. Cangas ahora mismo y ha celebrado diez medallas olímpicas a lo largo de su historia: las cinco de David Cal, la de Carlos Pérez y las cuatro que han llegado en Tokio.

Los brasileños se acuerdan de Suso Morlán

El malogrado Suso Morlán, el entrenador que moldeó a David Cal y que desgraciadamente falleció hace tres años debido a un tumor cerebral, estuvo ayer muy presente en el canal de Tokio. Isaquías Queiroz, el chico brasileño al que preparó de cara a los Juegos de 2012, consiguió ayer el oro en la prueba de C1 1000 metros. El canoista se lo dedicó a las víctimas por el Covid y a quien fue su entrenador. En la previa de la competición, Queiroz ya dijo que quería homenajeaer al gallego porque “Jesús fue quien cambió la trayectoria del piragüismo en Brasil” y ayer fue de los primeros a los que agradeció la medalla. Esta es la cuarta medalla de Isaquías Queiroz en Juegos Olímpicos. En el C2 se les escapó por poco a los brasileños otro podio.