Galicia cerrará los Juegos Olímpicos con siete medalla olímpicas, casi el doble de su techo histórico que fueron las cuatro logradas en Londres 2012. Rodrigo Corrales cerró la cuenta gracias al triunfo de la selección de balonmano ante Egipto en el duelo por la medalla de bronce. Los de Jordi Ribera, en un duelo muy igualado y resuelto en los últimos minutos, se impuso por 33-31.

El portero cangués se convierte con este triunfo en el primer jugador de balonmano gallego en la historia que conquista una medalla olímpica. Un nuevo deporte en el que Galicia suma un metal, uno de esos caminos que aún no habían sido explorados. Se une de esta manera en los Juegos de Tokio ala relación que forman Ana Peleteiro, Teresa Portela, Nico Rodríguez, Iván Villar, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo. 

Corrales no participó en el encuentro por el bronce de hoy, pero su papel en estos Juegos Olímpicos ha sido inmenso confirmando que es uno de los mejores porteros del mundo. Su papel en partidos como el que les enfrentó a Alemania o Suecia ha sido básico para que España encontrase finalmente este bronce con el que cierra una etapa histórica la selección, obligada ahora a afrontar una importante remodelación.