Si hubiera que escoger una imagen para la historia en el Estadio Olímpico de Tokio, esa fue la del salto de altura masculino. Gianmarco Tamberi y Mutaz Barshim protagonizaron un momento que no ha dejado indiferente a nadie. El pacto que les concedió a ambos el oro olímpico ha sido aplaudido por su deportividad casi tanto como criticado por "ir en contra de los valores competitivos".

Tras su empate en los 2'37 metros, un resquicio del reglamento les daba la opción de cumplir su sueño a la vez. El juez jefe de la prueba les consultaba si querían saltar una nueva altura para romper esa igualada, aunque dejándoles claro que si no lo hacían, ambos se llevarían el primer puesto.

El catarí, campeón del mundo en Londres 2017 y Doha 2019 no dudó ni un momento. Con una breve mirada y un apretón de manos a su amigo confirmaba un acuerdo que desataba la locura para el italiano. Ambos se darían la mano en la celebración -tanto en el Estadio como en la Villa Olímpica, donde cenarían juntos- y en la entrega de medallas, donde se la colocarían mutuamente.

Tamberi y Barhim, una amistad de oro

Ambos atletas son compañeros de generación, por lo que llevan toda una vida compitiendo juntos. Ya en los mundiales juveniles Tamberi mostraba su admiración por el catarí, llamado desde hace años a batir el legendario récord de Roberto Sotomayor. Y con el paso de los año

Antes de este metal, Tamberi era uno de los rostros más curiosos del atletismo mundial...literalmente. El saltador de Citanova Marche era conocido como "el hombre de las mil caras". Y es que durante varios años, el italiano acudía a las competiciones con la cara a medio afeitar, sorprendiendo a propios y extraños.

"Halfshave", como él mismo se hacía llamar; abandonó ese look recientemente, aunque ha mantenido la larga melena que lo acompañaba.

Una escayola para cumplir el sueño olímpico

En medio de la celebración sobre el tartán, Tamberi sacaría a relucir su mayor reliquia personal. La escayola que envolvió su pierna tras una lesión en el tobillo izquierdo que le hizo perderse los Juegos de Río. El saltador llegó a estar presente en las gradas de Brasil, llorando desconsolado mientras

Gianmarco Tamberi, durante su lesión que le impidió ir a Río

Dicha venda fue incluso actualizada con el nuevo año de celebración de las Olimpiadas niponas

La escayola de Tamberi, talismán

Momento mágico para los italianos

El "pacto Barshim-Tameri" ponía fin a los concursos en la jornada del 1 de agosto y todas las miradas se centraron en la recta principal. En la prueba reina del deporte rey, el italiano -aunque estadounidense de nacimiento- Lamont Marcell Jacobs sorprendía a todos con unos estratosféricos 9'80 para suceder a Usain Bolt como campeón olímpico de 100m.

Jacobs y Tamberi, tras lograr sus dos oros Ciro Ferro

Tras la meta y sin espacio para frenarse le esperaba con los brazos abiertos Tamberi. Este dúo lograba duplicar en apenas unos minutos los oros del país transalpino. Y es que los italianos son ya la segunda delegación europea con más metales, sumándose a los éxitos de la Eurocopa en julio y, por qué no, Eurovisión en mayo con Måneskin . Todo un chute moral para uno de los países más golpeados por la pandemia.