Estados Unidos ganó a España en unos Juegos Olímpicos. Quizá a nadie debería sorprender puesto que también habían ganado en los 17 precedentes en tal escenario, pero la verdad es que la de ayer no fue una derrota más. Fue la certificación del adiós a muchas cosas y no solo a un podio al que se habían subido tres veces de manera consecutiva desde Pekin 2008. Se confirmó la marcha del equipo de los hermanos Gasol, en el mismo pabellón en el que comenzaron a erigirse en leyenda 15 años atrás. Agradecimiento eterno.

Pau Gasol puso fin a 20 años con la selección. EFE

Fue un partido con dos partes muy diferenciadas. Una primera en la que se bailó al son que marcó Ricky Rubio y, otra siguiente, en la que fue Durant el que se erigió en el ejecutor del plan B que Popovich supo urdir para llevar el juego a su redil. Los norteamericanos fueron ganando poco a poco la pintura, pero no a base de kilos y centímetros. Sino de penetraciones que generaban pases abiertos que iban desgarrando la defensa española hasta llegar al catch & shoot más liberado. Cada triple era una maza mientras la cuenta atrás del reloj iba desgranando lo que le quedaba a Pau Gasol vestido con la camiseta a la que dio gloria.

La pizarra de Scariolo tenía bien claro que había que alimentar a los jugadores grandes cerca del aro ante la defensa de cambios de los americanos. Claver empezó entonado, sin embargo solo fueron necesarios dos balones a Marc Gasol para comprobar que el de Sant Boi seguía sin comparecer en Saitama. Era Ricky, y solo él, el que generaba los desequilibrios con 13 puntos en solo 7 minutos para responder al primer aviso de los Estados Unidos (10-17).

Había llegado el momento de las rotaciones y empezaron a surgir las buenas noticias para España. Abrines pudo contener un rato a Durant, Garuba aportó energía, Willy Hernangómez salió al rescate del juego interior español y Sergio Rodríguez asumió el relevo anotador del base ahora de Cleveland para que el marcador al término del primer cuarto empezase a atisbar esperanzas (21-19).

La sostenibilidad que estaba aportando el banquillo siguió al alza. El dominio del rebote, y de los tapones, estaba cerrando los caminos al aro a su rival. Sergio Rodríguez y Willy seguían sumando (33-29). El síntoma de que las cosas no estaban fluyendo para los norteamericanos se plasmó en un tiempo muerto en el que mientras Popovich tiraba de orgullo, Scariolo lo hacía de pizarra. El siguiente parcial confirmó la tendencia (40-29) hasta que Durant se echó a su equipo nuevamente a la espalda para volver al punto de partida a la llegada del descanso (43-43) demostrando lo indefendible que es cuando se empeña en anotar.

Rubio y Durant siguieron con su particular duelo en el arranque de la segunda parte, pero el viento empezaba a soplar en contra. Los tiros eran cada vez más exigidos para los españoles y aquel 29-18 en rebote de la primera parte comenzó a igualarse inexorablemente. Dos bandejas falladas de manera consecutiva por Víctor Claver fueron casi el principio del fin (45-50). España entró en una crisis de identidad. Ante la ausencia de Rudy y los hermanos Gasol se necesitaba más todavía de las rotaciones, aunque a quien realmente se echó en falta fue a los titulares.

Los de Scariolo no eran capaces de generar ninguna ventaja desde el perímetro mientras en el banquillo americano se insistía en el drive (penetración) para conseguir winners en forma de triples. La resistencia ibérica estaba resquebrajándose (49-65) y ya solo quedaba recurrir a la heroica. Los primeros minutos compartidos por Ricky Rubio y Sergio Rodríguez fueron un soplo de aire fresco en materia ofensiva. Nadie, salvo ellos, parecían capaces de generar alguna ventaja sobre una defensa que había cortado prácticamente todos los caminos al aro y España salvó el primer match ball para entrar en el último cuarto con opciones (63-69).

Jayson Tatum desatascó el ataque de los suyos y fue entonces cuando España se quedó sin fuelle para seguir compitiendo. Ni siquiera el récord de anotación de Rubio sirvió para aliviar un resultado que despide a la generación de oro.