Llueve en Tokio y Julia Benedetti se va quedando sin días para salir a rodar, probar y estudiar cada uno de los rincones del gigante skatepark de Aomi, donde esta madrugada hará su debut olímpico en las eliminatorias de park (a partir de las 02.30 horas y la final, a las 05.30), un deporte que da el salto de la calle a los Juegos como parte de la estrategia del COI_de llamar la atención del público más joven. Iván Maroño, su entrenador, intenta desde A Coruña estar pendiente de ella, de sus sensaciones e impresiones, pero está bastante atareada exprimiendo al máximo la experiencia de estar en unos Juegos, por más que estos sean los más extraños de la historia. Ahora llega su momento y mira al cielo, a ver si el tiempo permite que fluya y pueda sacar todo el flow que lleva dentro. Seguridad, combos muy sólidos, velocidad y fortaleza son para el técnico de origen dominicano los fuertes que pueden llevar a la rider de 16 años a un top diez que sería “brutal”. Pase lo que pase, nadie le quitará el orgullo de haber llegado hasta allí.

Para Maroño, lo fundamental es asegurar en la primera ronda, dos salidas a pista para en menos de un minuto conseguir la máxima puntuación posible y ser una de las ocho que avancen a la final. “Ella tiene un buen combo de trucos, que no le suele fallar. Lo que tiene que encontrar son las mejores líneas del park donde realizar ese combo”, explica. La instalación tiene un “nivel de dificultad alto, con zonas complicadas y grandes”, pero el entrenador cree que Julia lo sabrá gestionar sin problemas salvo que entren en escena unos invitados inesperados: los nervios. No suelen jugarle una mala pasada, pero es una cita especial. “Le puede beneficiar que al ser sin público, no se sentirá tan observada”, matiza el técnico. “Ella es bastante segura y fría, es más, puede pasar al revés, que haya que frenarla”, avisa. Al que fue el fundador de la primera escuela en Galicia, le encantaría estar allí. “Por temas federativos y del protocolo no pudo ser, pero sería muy distinto. Soy yo el que la conoce desde pequeña”, dice. “A ver si puedo hablar con ella antes de que compita para darle los últimos consejos”, añade.

Porque el preparador insiste en que no hay que arriesgar, que conviene que sea conservadora, una estrategia para colarse entre las diez mejores. “Sobre todo en la primera salida. Porque yo sé que si ella se ve confiada y se siente grande, arriesga. Pero que sea al final. Que primero asegure los puntos y después ya lo que quiera”, dice. Julia Benedetti es la decimoséptima del ranking mundial, pero la 13 de las que están en Tokio —la norma de solo tres representantes por país hace que algunas de las primeras no puedan participar—. “En las citas internacionales quedó de 11 y 12. Tiene opciones de estar en el top diez. Es difícil, pero no imposible. Y tiene que ser lista. Que las que arriesguen sean las que están por delante y aprovechar algún fallo de ellas”, analiza. “Lo mejor que tiene es la base que cogió de pequeña en la escuela. Coloca los pies perfecto, lleva la espalda también perfecta, tiene velocidad y fuerza... las hay con más nivel que no van tan bien. Vamos a cruzar los dedos, pero haga lo que haga, una competición no la va a definir. Para nosotros es un orgullo y honor que esté allí y sobre todo, una referencia”, comenta.

Las rivales de Julia Benedetti serán las locales. Son las líderes mundiales. La primera, Misugi Okamoto, de 15 años. La segunda, Sakura Yosozumi. La número tres del ranking, la británica Sky Brown, acaba de cumplir 13 y ni siquiera es la más joven de todas las participantes, lo es la también nipona Kokona Hiraki, sexta favorita, que cuando salte al skatepark de Aomi todavía contará con 12 porque le faltarán 20 días para su decimotercer aniversario. También por delante de la coruñesa están la australiana Poppy Brown (número 4 del mundo); la finlandesa Lizzie Armanto (5); las estadounidenses Bryce Wettstein (8), Brighton Zeuner (12) y Jordyn Barratt (13); y las brasileñas Dora Varella (9), Isadora Rodrigues (11) e Yndira Asp (14). Vista las edades de algunas participantes, la de Oleiros parece casi una veterana. En la otra modalidad olímpica del skate, el street, que ya se disputó la semana pasada, saltó la polémica por la edad de las ganadoras: 13 años tanto de la medalla de oro, la japonesa Momiji Nishiya; como de la medalla de plata, la brasileña Rayssa Leal. El bronce fue para la local Funa Nakayama, ya una pureta de 16.

“No entiendo la polémica”, dice Maroño, de 48 años y que lleva 38 practicando skate, del que incluso ha vivido con giras profesionales por Estados Unidos, Centroamérica y Europa. “La edad no afecta para nada. Lo que influye es el nivel de la persona. Hay niños de 11 años que vienen de la calle y que tienen mejor rutina que algunos que llevan 20 años. No es cuestión de edad, sino de habilidad”, desarrolla y solo le encuentra un pero a sus argumentos: “No soy muy partidario de los sponsors para niños tan pequeños. Hay que dejar que las cosas fluyan”. Son particularidades del skate, para muchos más que un deporte, una forma de vida, nacido en las calles de California y muy identificado con el surf, una cultura y una música muy específica. “El skate es muy independiente, muy de la calle”. Y eso también ha generado controversia entre los más puristas. “Hay muchos anarquistas que no lo ven bien, que dicen que esto lo va a fastidiar todo. Yo digo que los que no quieran competir, que no compitan. Y los que sí, sí. Ya está”. Y las veinte que lo harán esta noche en Tokio, incluida Julia Benedetti, harán historia como las primeras.