A España le tocará tratar de llegar al podio de Tokio por el camino más difícil, el mismo en el que espera Estados Unidos a la vuelta de la primera esquina. La derrota ante Eslovenia ha tenido la culpa, si bien nadie debería atreverse a descartar a los de Scariolo de la lucha por las medallas. Más aún sabiendo de la capacidad de reacción de este equipo después de un palo duro. Y es que la derrota ante la selección más orgullosa y corajuda del baloncesto mundial podría entrar en los planes, pero lo que más duele es la forma en la que se produjo.

En un partido en el que Luka Doncic acaparaba todos los focos, fueron sus compañeros los encargados de asestar la bofetada que peor sienta porque no estás preparado para recibirla. Eso sí, sin pasar por alto el ejercicio de inteligencia del genio, ahora en Dallas Mavericks, que dejó su ego a un lado y se puso al servicio de su equipo, centrándose exclusivamente en el juego, para allanarles el camino con asistencias (9) y saber hacer bajo los cristales (14 rechaces). Quizá España descuidó sus fortalezas, especialmente debajo del aro, y el rebote se convirtió en la espada de Damocles de una selección que vio cómo solo Mike Tobey se hacía con las mismas capturas (14) que sumaron entre Garuba, Willy Hernangómez y los hermanos Gasol.

Antes de un último minuto que marcó un resultado que se vio recrudecido por el caprichoso azar en el sorteo de cuartos de final, hubo mucha intrahistoria. Mientras España focalizaba su estructura defensiva en parar la producción anotadora de Doncic con una zona mixta, Vlatko Cancar se convirtió en el invitado sorpresa. El alero de los Denver Nuggets empezó a anotar de manera inmisericorde.

España aguantaba el tipo a la par que iba metiendo cosas en el zurrón para el largo camino que quedaba por delante. La tercera falta de Doncic apuntaba al optimismo, pero Eslovenia tiene un carácter muy difícil de domar. A base de una mayor agresividad defensiva y un juego más coral, dejaban claro que por algo son el vigente campeón de Europa (24-26). Pero el campeón del mundo, también vigente, pronto recuperó la iniciativa para manejarse en cortas diferencias hasta el ecuador (44-41). Camino del vestuario, Scariolo incluso le recriminó a Doncic una actitud de protesta y gestos que quizá hizo reflexionar al canterano madridista, que controló su temperamento tras el descanso.

El acierto en los triples, especialmente de Rudy Fernández, disparó a los españoles (55-43). Abalde secundaba la ofensiva con su mejor partido con la selección hasta que llegó el primer colapso serio en forma de dos minutos sin anotar. Mientras el acierto de Cancar, la generación de Doncic y la agigantada figura de Mike Tobey empezaban a atisbar nubarrones de agosto en Saitama. Un parcial de 0-8, con unas lagunas terribles bajo tableros que Dimec castigó, igualó el encuentro (68-68).

Nuevamente el triple sostuvo a los de Scariolo en el arranque del último cuarto (82-76), pero la vía de agua que suponía el rebote seguía sin controlarse. Mike Tobey se convirtió en amo y señor de los tableros y España se dispersó tras una técnica por salir a la cancha con seis jugadores tras un tiempo muerto. Un shock que costó tres minutos sin anotar (82-83) dejando el partido en un cara o cruz.

Tras intercambiar canastas, Alberto Abalde tuvo el triple a falta de 19 segundos para allanar el triunfo. El aro no se puso de parte del vigués y su error dejo el 87-88. Prepelic amplió la diferencia (87-90) y Ricky Rubio también falló el triple ulterior para empatar. Dragic sentenció desde el tiro libre un triunfo que demostró que Eslovenia es mucho más que un fuera de serie llamado Luka Doncic.

“Pensaba que mi tiro iba dentro”

El alero de la selección española Alberto Abalde dijo, tras la derrota que “ha sido un final igualado. Si hubiéramos acertado el tiro que tiré yo igual estaríamos aquí celebrando, son pequeños detalles e intentaremos corregirlo”. Sobre ese triple, Abalde explicó que la jugada estaba planteada y que se vio con confianza para tirarlo. “Creo que hemos ejecutado bien la jugada, me ha llegado el balón, lo he visto claro, la he levantado y ha estado bien tirada en mi opinión, estaba cómodo, pensaba que iba dentro, no ha entrado, hemos fallado esta y luego ellos han acertado”, relató.

“Eslovenia no solo es Luka Doncic”

Sergio Scariolo, recordó que Eslovenia “es un gran equipo, no es solo Doncic”. Preguntado por la defensa que realizaron sobre la estrella eslovena, por la que acabó anotando solo 12 puntos, recordó que dejaron a Eslovenia por debajo de su anotación habitual, ya que tanto a Argentina como a Japón les habían anotado una media de 117 puntos. “Son 30 puntos por debajo de su media, no en dos partidos sino en seis esta temporada”, recalcó. “Algunos detalles hicieron que el partido fuera de su lado, y desde nuestro punto de vista hubo algunos tiros abiertos fáciles, pero el partido estuvo en un hilo y tenemos que felicitar a quien tuvo más acierto en los últimos minutos”, comentó. Scariolo recordó que “este equipo es legendario por cómo ha sabido competir durante años, más allá de los anotadores, las generaciones... Así que tenemos que recomponernos, recuperar nuestra identidad de lucha y ser agresivos”, sentenció

“Estados Unidos es un estímulo”

El presidente de la Federación Española de Baloncesto, Jorge Garbajosa, consideró que Estados Unidos, el rival que les deparó el sorteo de los cuartos de final de Tokio 2020, “es un rival muy grande y quizás, por qué no, puede ser el estímulo que necesitan los jugadores para ponerse las pilas. Se olvida el cansancio, se olvida la derrota y pensamos en jugar un grandísimo partido contra un enorme rival”.