La austriaca Anna Kiesenhofer, una corredora aficionada cuya victoria se pagaba en la víspera 500 a 1, dio una de las grandes sorpresas de lo que van de Juegos y ganó el oro olímpico de ciclismo en ruta, este domingo en el Monte Fuji, sorprendiendo a las grandes favoritas del equipo holandés.

Van Vleuten celebra lo que creía era su victoria. | // EFE

Annemiek van Vleuten, que saltó del grupo de favoritas que perseguía a la campeona olímpica, aportó una medalla de plata a los Países Bajos, terminando a un minuto y 15 segundos de Kiesenhofer. El bronce se lo llevó otra grande del ciclismo femenino, la italiana Elisa Longo Borghini, que terminó a un minuto y 29 segundos.

Antigua triatleta, especialidad que tuvo que abandonar en 2014 debido a una lesión, Kieshofer es conocida en el pelotón por sus cualidades intelectuales: tiene un máster de matemáticas en la universidad de Cambridge, pasó una tesis en la Universidad Politécnica de Cataluña en 2016 y trabajó un tiempo como matemática. Su palmarés era modesto hasta este domingo: campeona de Austria de ruta en 2019 y doble campeona de contrarreloj (2019 y 2020). Y una sola victoria internacional, una etapa de la prestigiosa Vuelta a la Ardeche, ganada en el Mont Ventoux en 2016. Y no le gusta circular en pelotón. Lo teme y por eso ataca a la mínima ocasión.

Ayer, a los pies del Monte Fuji, en un recorrido montañoso, pero menos complicado que el de los hombres en la víspera, la matemática hizo volar todos los cálculos de probabilidad. Kiesenhofer dejó atrás el pelotón en los primeros kilómetros de la prueba, inmersa en una escapada de ocho corredoras que parecía únicamente destinada a alegrar la jornada, pero resistió. La favoritas dejaron un margen demasiado grande y luego pagaron la falta de comunicación (los pinganillos están prohibidos en los Juegos). Le sucedió a Annemiek van Vleuten que ganó la plata y la celebró como si hubiese ganado el oro. Creía que no había nadie por delante. “Hubo mucha confusión y mala comunicación hoy”, lamentó Van Vleuten, visiblemente frustrada. “No sabíamos las diferencias, hemos escuchado que tenían 45 segundos a 10 kilómetros de la meta”, añadió. La escapada tenía entonces más de dos minutos de ventaja. “Es una de las carreras más importantes y no tenemos el derecho de utilizar los medios de comunicación habituales”, lamentó Van Vleuten acerca de la prohibición de la comunicación por radio en las pruebas olímpicas: “El objetivo es convertir las carreras más interesantes, pero esto las hace más confusas”. Van Vleuten buscaba un oro que se le escapó hace cinco años cuando era líder de la carrera y se fue al suelo al sufrir una caída terrible que hizo temer por su vida. Esa espina se quería quitar ayer.