Kohei Uchimura, campeón olímpico de gimnasia en 2012 y 2016, se cayó de la barra, el único aparato que va a disputar en los Juegos de Tokio, y su nota de 13,866 le deja fuera de la final.

Este accidente, sufrido en los Juegos que se disputan en su país, llegó en el momento más inoportuno para rey Kohei, pero no emborrona ni un poco su excepcional carrera, la del mejor gimnasta que ha habido en la historia.

A sus 32 años, Uchimura renunció a tomar parte en la competición por equipos al considerarse mayor para hacer un buen papel. Quería centrarse así en luchar por una medalla en la barra, donde deseaba firmar “el ejercicio perfecto”. No fue posible.

Con una rutina de dificultad 6,600, la más alta presentada hasta el momento en los Juegos, el seis veces campeón mundial empezó su ejercicio de forma espectacular, con tres sueltas de altísimo riesgo que ejecutó con seguridad.

Sin embargo, al final del programa, en un desplazamiento sobre la barra con doble giro se le soltó una mano y cayó al suelo. Tardó unos segundos interminables en enderezarse y volver a la barra, donde completó el mismo movimiento, esta vez sin problemas. Acabó con una salida perfecta. Un solo error le costó la final.

Los de Tokio eran los cuartos para el japonés, que en Río, además de revalidar el título olímpico en una final apasionante contra el ucraniano Oleg Verniaiev –todo se decidió precisamente en la barra–, logró el oro por equipos que se le resistía.

Nacido el 3 de enero de 1989 en la ciudad de Kitakyushu, en el sudoeste de Japón, Uchimura es hijo de los gimnastas Kazuhisa y Shuko Uchimura y se subió por primera vez a un aparato a los 3 años.

Su madre abrió en su ciudad natal, Isahaya, un club de gimnasia y allí el pequeño se familiarizó con las acrobacias. Al cumplir los 15 años Kohei se trasladó a Tokio para entrenar junto al campeón olímpico Naoya Tsukahara, oro por equipos en Atenas 2004. Tres años después se incorporó al equipo nacional japonés. Es el gimnasta, hombre o mujer, con más títulos mundiales, seis, en el concurso completo: 2009, 2010, 2011, 2013, 2014 y 2015. En el último ciclo las lesiones le impidieron sumar nuevos triunfos. “Si los próximos Juegos no fueran en Tokio ya me habría retirado”, afirmó.

Su cara de tristeza en el gimnasio Ariake de Tokio, tras caerse y mientras sus compañeros terminaban sus ejercicios, será una de las imágenes de esta quincena olímpica. Posteriormente se dirigió a la zona mixta y dejó una de esas frases para la posteridad: “Hoy he sentido que ya no soy necesario”.