Con Saúl Craviotto, el abanderado de la delegación nacional junto a Mireia Belmonte, y Maialen Chourraut como estandartes, comparece la armada española de piragüismo en Tokio 2020 dispuesta a ser de nuevo protagonista con esperanzas fundamentadas de subirse al podio.

El piragüismo ha sido el deporte que más alegrías olímpicas ha dado a España en los Juegos precedentes. Desde que David Cal comenzó en Atenas 2004 su 'cosecha' de cinco preseas totales con el oro en C1 1.000 metros y la plata en C1 500 y, los palistas han brillado con luz propia tanto en la modalidad de esprint con el gallego y Craviotto a la cabeza como en eslalon con Chourraut.

El ilerdense y la donostiarra, de hecho, lograron dos de los tres oros del piragüismo en río. Craviotto junto a Cristian Toro en K2 200 m. (también fue bronce en k1 200 m.) y Chourraut en K1 de eslalon. El otro título olímpico en Río fue para Marcus Cooper Walz en K1 1.000 metros.

La actuación en Río 2016 fue la ratificación de que el piragüismo nacional goza de una tremenda salud competitiva y que, al margen de las polémicas generadas en el proceso selectivo de la embarcación estandarte, el K4 500, el fondo de armario es tremendo. Los resultados han seguido acompañando en Mundiales, Europeos y Copa del Mundo y las esperanzas de repetir el éxito de los pasados Juegos, o incluso mejorarlo, son fundadas.

Los 4 fantásticos, Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade, se colgaron la medalla de oro en la prueba de Copa del Mundo de piragüismo que se disputó en mayo en Szeged (Hungría) por delante de sus teóricos grandes rivales en la lucha por el oro, quienes, según vaticinó entonces el abanderado español, se habrán 'puesto las pilas'.

Teresa Portela disputará sus sextos Juegos. Todo un logro para esta gallega de 39 años multimedallista mundial y europea que acude con el anhelo de conseguir su primer podio olímpico en K1 200 tras haber sido quinta en Atenas 2004 en dos pruebas, en Pekín 2008, cuarta a 198 milésimas de la presea en Londres 2012 y sexta en Río.

Las embarcaciones de Paco Cubelos e Íñigo Peña (K2 1.000), de Arévalo y el propio Craviotto en el K1 200 parten así mismo con muchas opciones teóricas, a las que se aferran así mismo Isabel Contreras (K1 500); Tano García y Pablo Martínez (C2 1.000) y Antía Jácome (C1 200).

Abrirán no obstante el fuego el domingo el cuarteto de la modalidad de eslalon en el canal de Kasai, donde Maialen Chourraut, otra ilustre madre de 38 años, busca el más difícil todavía, revalidar el título olímpico que logró en el canal del Parque Radical de Diodoro. Han cambiado muchas cosas en su vida, ha vuelto a vivir a 'casa' dejando atrás su residencia en La Seu, pero su ambición y carácter competitivo permanece invariable en Chourraut, habitual en las finales de las grandes competiciones. Bronce también en Londres 2012, disputará este domingo la primera clasificatoria de K1, como Ander Elosegi en C1.

El palista de Irún es el otro veterano del equipo de eslalon. Con 33 años rozó la medalla en Pekín 2008 y en Londres 2012, donde fue cuarto, y en Rio accedió a la final y terminó octavo pero con sensaciones de que podía haberse subido al podio. No figura entre los favoritos pero si tiene el día tiene capacidad para dar la sorpresa.

El segoviano David Llorente acude a sus primeros Juegos con el aval del subcampeonato mundial en K1 en 2019, edición en la que también ganó el oro por equipos. Pese a su juventud (24 años) está asentado ya en la elite de la especialidad. Errores puntuales le han hecho no brillar en las últimas pruebas de la Copa del Mundo, pero ha demostrado ser la gran esperanza de presente y futuro del eslalon español.

Completa el cuarteto la ilerdense Nuria Vilarrubla que a sus 29 años espera encontrar el refrendo olímpico tras una trayectoria con medallas mundialistas y europeas. Es sin duda una de las aspirantes a luchar por las medallas en C1, aunque la gran favorita en esta disciplina y en K1 es la australiana Jessica Fox, doble campeona mundial plata en Londres y bronce en Río.