El brasileño Isaías Queiroz ganó ayer la primera medalla de la historia del piragüismo para su país, una plata en el C1 1.000 metros, con lo que inició una senda olímpica que se augura exitosa y en la que sigue los pasos del español David Cal, su ídolo y referente.

El palista de 22 años es una auténtica revelación en un país sin tradición en las competiciones de piragüismo y está a las órdenes del gallego Suso Morlán, el mismo entrenador que acompañó a Cal en el tiempo que ganó cinco medallas olímpicas.

Durante unos meses, Queiroz incluso se entrenó al lado del palista español, antes de que se apartase de las competiciones, y recibió consejos del cinco veces medallista olímpico.

Morlán, que se llevó a Cal a Brasil junto a Queiroz y allí estuvo hasta que el cangués decidió que había llegado el momento de marcharse del piragüismo, fue responsable de pulir un diamante en bruto, que procede de un pueblo humilde de una región productora de cacao en Bahía y donde el piragüismo está tan arraigado que lo lleva en su propio nombre.

Ubaitaba, el pueblecito de 20.000 habitantes, significa "ciudad de las canoas" en lengua tupí guaraní y ahora su hijo predilecto, Isaquías Queiroz, elevó los barcos rudimentarios de los indios a un nivel olímpico.

Como otros muchos brasileños, la historia de Isaquías está ribeteada de desventuras y dificultades. Su madre se quedó viuda pronto y le crió sola a él y a sus nueve hermanos.

Sin riñón

Lo más complicado, tal vez, fue el haber perdido un riñón a los 10 años de edad, cuando se cayó de un árbol, un problema que le obliga a beber más agua que sus rivales y por el que tuvo que oír muchas veces que no podría dedicarse al deporte.

Él suele bromear diciendo que para compensar la falta del riñón, el médico le implantó un tercer pulmón, que le da el gas extra con el que consigue atravesar la meta en primer lugar.

A pesar del accidente, Isaquías comenzó a familiarizarse con la canoa a los 11 años, un medio de transporte muy habitual en el río Contas, que atraviesa Ubaitaba.

El exentrenador del equipo brasileño de piragüismo en Barcelona 1992, Figueroa Conceição Souza, descubrió el talento de Isaquías, lo metió en un proyecto social donde pudo entrenar y lo preparó para la competición.

En 2013 logró su primer oro en un Mundial en la modalidad de C1 500 metros y, a partir de ahí, se mudó a Sao Paulo y se puso a las órdenes de Suso Morlán, contratado por la Confederación Brasileña de Piragüismo con mente en los Juegos Olímpicos.

Después de una gran búsqueda, Morlán encontró un lugar ideal para desarrollar el entrenamiento con el que ha potenciado el crecimiento de Isaquías, una laguna en la ciudad de Lagoa Santa, a las afueras de Belo Horizonte, adonde se mudó pensando en los Juegos Olímpicos.

En Río 2016 Isaquías busca tres medallas, además de la conseguida ayer luchará por la de C1 200 y C2 1000, en este caso al lado de Erlon de Souza.

A sus 22 años, Isaquías ya tiene tres títulos mundiales, dos en C1 500 y otro en C2 1000 y su mejor resultado en la prueba que ganó fue un tercer puesto en el Mundial del año pasado.

Pionero del piragüismo en Brasil, tiene entre sus sueños emular o superar los éxitos olímpicos que consiguió David Cal, que se colgó un oro y cuatro platas en tres ediciones de los Juegos Olímpicos. Escuchó sus consejos, le tuvo como referente y trata de seguir esa misma senda.