James Gunn intuyó e intuyó bien que El Pacificador, el asesino ultrapatriota encarnado por el exluchador de la WWE John Cena en su secuela/'reboot' de 'El escuadrón suicida', iba a ser favorito de la platea. Cuando ni siquiera había acabado de hacer la película, empezó a escribir una serie sobre esta versión mema del Capitán América, "más que nada por diversión", según dijo; por hacer algo durante la cuarentena. Pero el divertimento se convirtió en algo serio cuando, más adelante, la división cinematográfica de DC Comics le consultó si algún personaje de la película podría tener una serie propia.
La segunda escena poscréditos de 'El escuadrón suicida' anunciaba claramente 'El Pacificador' (HBO Max, desde el jueves, día 13): Christopher Smith (ese es su verdadero nombre), a la postre villano de la función, había sobrevivido al disparo de Bloodsport (Idris Elba) y era trasladado a un hospital donde le visitaban John Economos (Steve Agee) y Emilia Harcourt (Jennifer Holland), asistentes de la agente gubernamental Amanda Waller (Viola Davis), quien había fichado a Smith para encubrir la participación de Estados Unidos en los experimentos en la isla Corto Maltés (así es, Gunn controla de cómics).
Nuevos y viejos amigos
La serie seguirá las aventuras posteriores del Pacificador a la vez que indagará en las raíces familiares de este tipo algo pagado (sin motivo) de sí mismo, amante de la paz por encima de todas las cosas, incluyendo las vidas de hombres, mujeres y niños inocentes. El mercenario Clemson Murn (Chukwudi Iwuji), subordinado de Waller, le ficha para formar parte del equipo dedicado al Proyecto Mariposa, que, para decepción de nuestro antihéroe, nada tiene que ver con Mothra, la polilla gigante de las películas de Godzilla.
En realidad, debe liquidar a malas personas, o personas malas para la seguridad nacional, empezando por el senador Royland Goff. En la misión le acompañan su fan Vigilante (Freddie Stroma), un personaje ya visto en la serie 'Arrow' en versión menos sádica; Leota Adebayo (Danielle Brooks), agente con tendencia a hablar demasiado, y los citados Economos y Harcourt, esta última todavía objeto de las tentativas románticas de Smith. Mucho más se alegra de verle Eagly, el águila calva (infográfica) que tiene como mascota.
Créditos iniciales para bailar
Escrita íntegramente y dirigida en gran parte por Gunn, 'El Pacificador' es una serie de autor en toda regla. Encontramos la mezcla de comedia absurda, violencia hiperbólica y emoción sincera que caracteriza a sus proyectos, entre los cuales 'Guardianes de la Galaxia' sigue siendo el hito a superar. El mejor golpe de humor está siempre al principio de cada episodio: en esos créditos iniciales con el reparto de la serie marcándose una coreografía al ritmo del hit glam 'Do ya wanna taste it', de los noruegos Wig Wam, en lo que parece el plató de un programa musical de los ochenta. En un mundo perfecto, cualquier serie, sin importar su género, empezaría con créditos así.
Como el presupuesto es más ajustado, la acción no puede ser tan explosiva como en la película precedente, pero Gunn se las arregla para ofrecer momentos efectivos. En el primer episodio, después de bailar a The Quireboys, Smith protagoniza una secuencia de lucha en calzoncillos que puede recordar al gran corto 'Amateur night' de 'V/H/S', el del proyecto de pornografía doméstica convertido en pesadilla.
En cuanto a la emoción, Gunn se las apaña también para hacernos sentir mal por este macarra patriotero. Porque El Pacificador empieza a "sentir cosas" y porque se nos ayuda a entender cómo llegó a ser ese soldado tan férreo pero tan frágil: le hizo así un padre poco afectuoso, Auggie Smith (Robert Patrick, que ya compartió 'Persecución extrema' con Cena), convertido ahora en su Q, su proveedor de cascos con diferentes poderes. Auggie deberá esforzarse mucho por compensar sus errores. Hay tiempo: 'El Pacificador' no se anuncia engañosamente como miniserie.
