Dos meses después de que Abel Caballero visitara por primera vez 'El Hormiguero', el plató de Antena 3 dio la bienvenida de nuevo al alcalde de Vigo, aunque esta vez para "enfrentarse" cara a cara al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.

El programa de Pablo Motos albergó una suerte de duelo entre ambos políticos veteranos, después de que, por separado, afirmaran ser los más populares "Tengo más años, salgo más en televisión y llevo 24 Hormigueros", apuntaba Revilla. "Yo ganaría por goleada, porque además de ser alcalde de Vigo, soy el alcalde de los alcaldes: a mí me conocen en 1.131 ayuntamientos de España", contestaba Caballero aquel mes de noviembre.

Ya hace días, el presentador de 'El Hormiguero' calentaba el ambiente presentando el encuentro como "el mayor duelo desde Tyson contra Holyfield" y adelantando que sería "historia de la televisión". El programa no será recordado como el debate presidencial entre Kennedy y Nixon de 1960, pero dejó momentos que fueron la comidilla de las redes sociales bajo el hashtag #RevillaCaballeroEH.

Con el tema principal de ‘Rocky’ de fondo (el mítico ‘Eye of the tiger’ de Survivor), salieron al escenario Caballero y Revilla, “dos de los políticos más carismáticos de este país”, en palabras de Motos. Y desde el minuto 1 empezaron los piques: ambos aludieron a la verborrea del otro y pidieron la instalación de un “sermómetro” para medir los tiempos.

El presidente de Cantabria también le reprochó a Abel que no le hubiese invitado aún a comer a Vigo, después haberle pagado una comida (que incluyó anchoas y pulpo en el menú) en Santander. Ante esto, el regidor olívico no perdió oportunidad de invitarlo a comer una buena centolla.

El tono distendido se fue volviendo más grave por momentos. Por ejemplo, cuando ambos hablaron de sus logros poniendo a Cantabria y Vigo en el mapa, dos territorios que ahora están unidos por dos vuelos a la semana. Sobre este nuevo enlace aéreo, Caballero se comprometió a reforzarlo, unas palabras que acabaron con un apretón de manos.

Pocos chascarrillos se vivieron en un programa que Motos dejó en manos de ambos políticos y que fue mucho menos divertido de lo que el presentador habría esperado y prometido. De una pregunta frívola como ¿dónde llueve más? (“En Vigo llueve cuando yo digo que llueva”, respondió Abel), Motos pasó directamente a preguntarles sobre aquellos que los acusan de populistas, “quienes os llaman El Anchoas y El Bombillas”.

“Yo he sido toda mi vida así. Me gusta hablar con la gente, ir a un sitio donde canten y participar”, dijo Revilla. “La acusación de populismo la hacen los que pierden”, apostilló Caballero, recordando el apoyo que ha recibido de los vigueses en las últimas elecciones.

El presidente de Cantabria no dudó en preguntarle entonces por qué no se anima a enfrentarse a Feijóo en unas autonómicas.

-“La pregunta es pertinente y mi opinión es que estoy seguro de que ganaría”.

-“Pero ya fuiste y te ganó Fraga”, se burló Revilla.

-“Pero los tiempos cambian”, aseguró el regidor, quien volvió a repetir que Vigo es su proyecto político. “Mi ciudad es mi vida”.

Más que el duelo de popularidad que prometieron a los telespectadores, el encuentro fue un escaparate de los territorios que gobiernan pero, sobre todo, un debate sobre la situación de la política española e internacional; una conversación casi de barra de bar en la que se sacaron todos los temas de actualidad: desde las macrogranjas y Garzón, el reparto de los fondos europeos o la atomización del Congreso de los Diputados hasta el conflicto entre Rusia y Ucrania. 

Echándose flores por lo bien que se conservan, ambos septuagenarios demostraron que les queda cuerda política para rato, algo que quedó evidente en los reportajes realizados por el equipo de 'El Hormiguero', quienes los siguieron durante un día. Una jornada en la que Revilla visitó una fábrica de automoción y una subasta de pescado, le cantó a unas tejedoras del puerto, inauguró un mirador, recibió regalos de sus simpatizantes y degustó anchoas.

Abel, por su parte, visitó una fábrica de aeronáutica, se reunión con ingenieros, teledirigió un robot, se citó con el gremio de hosteleros, desmontó a mano el último alumbrado navideño, hizo alarde de gastronomía gallega y se cruzó con Toni Lomba, quien le cantó un tema compuesto en su honor.

¿Quién ganó el duelo de popularidad? Cada espectador tendrá su favorito. Desde aquí lo dejamos en tablas, tras un programa donde se echó en falta más humor pero con el que toda España ya no puede tener ninguna duda de que en Cantabria "cabe un mundo" y Vigo "es mejor que Nueva York".