Kiko Hernández ha dicho basta en 'Sálvame'. Los últimos acontecimientos en su vida privada le han obligado a echar el freno. Parece que su despedida de 'Sálvame' ahora sí que no tiene vuelta atrás. No se trata de un adiós para siempre, quizá un hasta luego, peor lo cierto es que ayer Kiko Hernández abandonaba el plató de Telecinco con la intención de no volver al menos en una temporada.

Tan solo cuatro meses después de perder a Mila Ximénez, Kiko ha sufrido otro duro golpe con la muerte de la empresaria, imprescindible en la vida del madrileño - de hecho fue quien viajó con él a Estados Unidos cuando fue a recoger a sus hijas Jimena y Abril, que nacieron por gestación subrogada - que destrozado elegía sus redes sociales para dar su último adiós a Begoña. "Hoy muere algo de mí contigo. ¡Hasta siempre amiga!" escribía el colaborador para despedirse de su gran amiga, compartiendo un emotivo vídeo homenaje con sus mejores momentos al lado de la fundadora del Bingo Las Vegas.

A estas dos pérdidas importantísimas para Kiko Hernández, hay que sumarle una tercera, el fallecimiento de una tía que el mismo contaba en 'Sálvame'. "Necesito un tiempo, por mi salud mental necesito parar porque no puede ser, a lo mejor una semana o 15 días y hacer un proceso que no he hecho ni con Mila ni con mi familiar ni con Begoña, pero no puedo, de verdad", explicaba a la audiencia el mítico colaborador, roto de dolor.

Kiko terminó por abandonar el plató muy tocado, y ya no volvía a aparecer en pantalla durante toda la tarde. Esto precipitó una reflexión de Jorge Javier Vázquez, casi con aire a disculpa hacia la audiencia. "A veces la gente tiene que estar cansada de escucharnos decir que queremos dejarlo. Entiendo que dirán desde su casa 'pues oye, déjalo' o lo que sea. Yo he sido el primero que me he querido ir ochocientas mil veces. La reflexión que he hecho es que en esta profesión cuando estás bien anímicamente te parece fácil hacerlo; pero cuando estás mal echas la culpa a tu profesión y ves que la única válvula de escape es salir, no se sabe muy bien a dónde", arrancaba el presentador. Ahondando en la cuestión, analizaba como "nuestro trabajo es cara al público y quieres hacerlo con una sonrisa, con buen humor, con buen ánimo. Cuando por dentro te sientes hecho una mierda, a lo mejor honestamente no está bien estar en la televisión. En otros trabajos lo puedes enmascarar, puedes estar con mala cara o sin hablar mucho, pero aquí se nota muchísimo. Por eso me siento en la obligación de pedir disculpas, porque la gente debe estar hasta la peineta de que nos queramos ir". Otra colaboradora, en este caso Gema López, añadió un punto de vista extra, situándose como "privilegiados" porque ellos pueden permitirse para "la  gente generalmente no puede planteárselo siquiera, por eso a nosotros nos pasa esto muchas veces, porque en nuestro caso sí podemos".